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Ambos llegan a la cueva -quédate aquí y no salgas- agarró a su madre de los hombros -vigilare de que no se acerquen a la cueva- besa a su madre en la frente y vuelve al lago con mucho sigilo

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Claris ya se estaba cansado de estar en el caballo, iban a pasos lentos y ya sentía su trasero entumecido de tanto estar sentada. Albert miraba como la joven arrugaba la nariz por la incomodidad que sentía, le dijo que ya estaban cerca del lugar, eso hizo que la joven diera suspiró con algo de alivio. Al salir del denso bosque, Claris logra ver un hermoso lago.

-es muy bonito- comentó con una sonrisa amplia

-este es mi lugar favorito del bosque prohibido- farfulló bajándose del caballo, se acercó al caballo en donde se encuentra Claris y extiende su mano -¿te ayudo?- preguntó Albert con una sonrisa

Claris se quedó dudosa pero luego aceptó su ayuda, al bajarse tomó un fuerte respiro y suspiro con alivio. camino hacia el borde del lago, adentro sus manos en el agua y sacó un poco de ella para lavarse la cara. El agua estaba fría, era agradable.

-no te alejes mucho- dijo Albert al ver que la joven caminaba por los alrededores del lago

-está bien- respondió ella agitando una mano en el aire. La joven caminaba con tranquilidad por el otro lado del lago, viendo al príncipe al otro lado acomodando una tela en el césped. Claris sonríe, es el segundo amigo que no tiene intenciones de pretender le.

Azhir se queda mirando a la joven que está cerca de él, ya no percibe ese miedo que sintió antes. Pero no bajaba la guardia, aún está todo ese ejército allí y no sabe con que propósito o cual es el motivo por el que se encuentran en un bosque que está prohibido para los humanos.

Claris se había sentado un rato mirando al otro lado del lago, como los guardias ayudaron al príncipe a sacar la comida. La joven escucha un ruido detrás de ella, al voltearse no ve nada, recordó que no está en cualquier bosque. Se levantó lo más rápido posible y caminó hacía donde se encontraban el resto. Ya estando a la mitad del camino, la joven se sentía observada desde el lago. Un terror la llenó por completo al divisar unos ojos amarillos claros dentro del agua, su cuerpo se movía a voluntad propia.

Azhir se quedo confundido por el raro comportamiento de la chica, hasta que recordó a la criatura del lago -mierda- farfulló al ver cómo la joven se acercaba más y más a la orilla del lago

El príncipe Albert no se ha percatado de la situación aún, al ver a la joven pensó que sólo se acerca al lago para lavarse las manos o sólo a mirar más de cerca. Ya que ninguna criatura que él conozca, ataca de día.

Claris no podía ni siquiera pronunciar una palabra, se le hacía imposible mirar a otro lado o pedir ayuda. Ya estaba a la orilla del lago, la joven se arrodilló. La criatura que le observaba fue sacando su cabeza con una lentitud aterradora, a la joven se le comenzaron a salir las lágrimas sin emitir ningún sonido. 

El Último Cambia Formas DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora