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Han pasado años desde la gran masacre de los cambiaformas dragón, Azhir y su madre Mithian vivían en el bosque prohibido. Donde los humanos no se acercaban en lo más mínimo, la mujer miraba a su hijo con melancolía y amor mientras éste recogía algunas ramas para la fogata. Ya a la mujer no le quedaba mucho tiempo de vida, el tiempo de vida que le compartió su esposo estaba terminando, solo le queda un año más. Pero antes de morir le enseñara todo lo necesario a su hijo para sobrevivir y defenderse de cualquier peligro, no permitirá que nadie le haga daño al único hijo que logró salvar.

Un día ella fue al pueblo, al ser humana nadie le miraria de manera extraña o le matarían, pero siempre que iba se colocaba una capucha por si alguien le reconocía. Mientras estaba en el mercado comprando algo de tela con el poco dinero que le quedaba, escuchó a varios hombres hablar de cómo los guerreros del pueblo mataron al Rey Thenzir y a su hija Ezmathir aún cuando ya pasaron tantos años. Le dolía recordar en la forma que sintió de cómo murió su esposo, mediante la unión que tenían. Y su hija, que esperaba un hermoso bebé de su pareja, aún le duele la muerte de su esposo e hija mayor.

Al llegar al bosque prohibido, se aseguro de que nadie le siguiera. Se adentra en el bosque llegando a las partes menos exploradas por otros seres humanos, llegando así a la cueva, la cual ella y su hijo llaman hogar. Mira a su hijo mientras este está dormido en un árbol, la mujer sonríe y se acerca con delicadeza.

-Azhir, cariño- farfulló Mithian.

Azhir le mira de reojo, él joven cambia formas en si no estaba dormido, solo descansaba en el enorme árbol ya que es lo único que puede hacer.

-ven aquí pequeño, tengo que decirte algo importante- la joven madre extiende sus brazos esperando a su hijo

El chico baja del árbol y abraza a su madre, la única familiar que le queda. No recuerda muy bien a su hermana, no la veía muy seguido cuando vivían en el reino que hace años le pertenecía a su padre, al Rey si lo recuerda muy bien, su imponente presencia era notoria para todos los cambia formas y más para los pequeños en crecimiento como lo era él hace años. La ausencia de su padre es algo dolorosa, pero no se dejará ver débil ante nadie y vengara a su padre y a su hermana cueste lo que cueste.

-¿qué es eso tan importante?- preguntó Azhir.

La voz áspera y ronca del cambiaformas son abrumadoras, pero la joven madre se siente orgullosa de que esa voz sea casi igual a la de su esposo.

-sabes que tu padre me dio la mitad de su inmortalidad para vivir un poco más de tiempo a su lado- comentó con suavidad y melancolía.

Su hijo se aparta un poco de ella y asiente haciéndole saber que si está prestando atención

-de ese tiempo ya no me queda casi- termino de decir Mithian con un tono triste y serio

-¿cuanto tiempo te queda madre?- preguntó el joven sabiendo muy bien que no puede evitar lo que viene aún si él no quiere perder a su madre

-aún tengo unos meses más de vida pero...- mira a su hijo a los ojos -temo mucho por tí cariño-

El Último Cambia Formas DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora