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Estaba nublado y fuertes truenos azotaban los cielos antes del amanecer, las nubes comenzaron a llorar en todo el reino de Pendragon. Las grandes murallas del castillo protegían a los pocos sobrevivientes que lograron escapar de los monstruos, Loid logró rescatar a otros sobrevivientes y luego de dejarlos con los curanderos, entra al castillo y se dirige al salon principal donde se encuentra el rey. Este estaba sentado en su trono y detrás de él se encontraba el cuerpo momificado del antiguo rey en su forma de dragón negro azabache.

-mi gran rey Victorios...- hace revencia

-¿Dónde está mi hijo, Loid?

-sigue buscando sobrevivientes mi señor, usted sabe cómo es el espíritu bondadoso de nuestro príncipe...

-lo sé, se creé un héroe.... - suspira con pesadez -¿Qué tan grave está la situación en el pueblo?

-hemos perdido a casi la mitad del pueblo, si los monstruos siguen atacando tan constantemente podríamos perder en su totalidad toda nuestra gente, mi señor. Lo más curioso de todo, es que atacan puntos exactos y luego se retiran, como si buscarán algo mí rey....

Vinces sabía que buscaban, se levantó de su trono. -ya puedes retirarte, descansa un poco.

Loid hace revencia y se marcha.

- Ha pasado muchos años desde que esos monstruos atacaban. ¿Será que el cambia formas se fué del bosque prohibido?. He sabido que estaba allí desde que escapó con mi hermana del reino aquel glorioso día, al menos para mí, por supuesto.

No quise atacarlos por qué aún quiero a mi hermana, sé que ella jamás me va a perdonar, pero lo hice por el bien de nuestra gente, por nuestra especie, pero ahora qué ellos se han ido del bosque prohibido esas cosas comenzaron a casarnos otra vez....¿Será que...todos estos años estuve equivocado?...- pensó Vinces





-esta lloviendo muy fuerte...
Comenta Albert mientras coloca otro trozo de madera al fuego.

-no podemos tardarnos más, anda nos vamos.
Responde Alvarist.

-¿Estás loca? Está lloviendo a cántaros, hay un río cerca y debe de estar desbordado, así no podemos avanzar...

-...No tenemos tiempo, las bestias deben de estar atacando tu reino, a los hijos de mi señora Gran madre tierra. Aunque yo no tolero a los humanos no significa que desee su extinción... Y por como van las cosas, puede que su final esté más cerca de lo que se espera...

-¿A qué te refieres?- pregunta Albert sin comprender.

-Solo es una vieja profecía.... No me hagas caso. Andando, debemos de entregarle el libro a mi señora Almería Claris antes de que esté se termine de deteriorar... -

Albert asiente, la elfa tiene razón. Si se siguen tardando más, las oportunidades de que su pueblo sobreviva se están volviendo casi nulas, su espereza está en entregar ese libro y así Claris restaure el mundo con el nuevo rey de todas las razas.

Alvarist agudizó sus sentidos colocándose en total alerta, con la fuerte lluvia, el sonido que produce esta al hacer contacto con la tierra y los árboles no la dejan oír bien a lo lejos. Estuvieron caminando por un rato, por a fuerte lluvia se les dificultaba ver el camino. Con gran dificultad lograron pasar el creciente río llegando al fin a las fronteras del reino elfo, la fuerte tormenta comenzaba a apaciguarse, Alvarist pudo relajarse un poco.

Su subordinado se hizo presente antes ella y el humano a su lado. -maestra, bienvenida de nuevo...- observa al humano y luego a Alvarist -¿Un humano?

-nuestra señorita Almeria Claris espera a este hombre. No puedo darte más detalles, Villey.

El joven elfo asiente y les deja pasar.

Albert al entrar al reino elfo, la impresión se plasmó en su rostro. Jamás se habría imaginado que el reino elfo estaría dentro de una montaña hueca, observó a varios cambia formas volando y entrando a unos nidos gigantescos.
-esos son...

-cambia formas, sí. Los pocos que lograron sobrevivir después del atentado que sufrieron por culpa de Vinces, el nuevo rey de Pendragon-

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⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

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El Último Cambia Formas DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora