"O sea, resumiendo, estoy jodido y radiante, quizás más lo primero que lo segundo y también viceversa"
-Mario Benedetti.
Eran pasadas las seis de la tarde, todavía estábamos en la casa de Stephan, sentados ahora en los sofás frente a la chimenea del patio interior ya que hacía bastante frío y bebiendo vino. Yo me encontraba sentada en una banqueta frente a un ventanal con vistas a la piscina y los pies desnudos cruzados debajo de mí escuchando las locas anécdotas de Chein sobre su adolescencia.
Suspiré tomando un sorbo de vino, escucharlo hablar con tanta emoción me hacía recordar buenos momentos, recuerdos que siempre terminaban con la misma desgracia. Me levanté volteándome de frente a la piscina. Pronto sería su aniversario, un quinto año más intentando superarlo.
—¿Nostalgia?
Di un brinco al escuchar a Stephan a mi lado. Lo miré con el ceño fruncido. ¿Cómo lo sabía?
Le di un trago largo al vino en mi copa y miré afuera, justo como él.
—Tienes unos amigos ciertamente muy raros. —intenté cambiar de tema y él se dio cuenta, vi de soslayo cómo sonrió y se terminó todo su vino de un sólo trago.
Alguien terminará borracho hoy.
—No son amigos.
Lo miré sorprendida, pero él seguía con la vista al frente.
—¿Entonces qué son? —enarqué una ceja.
—Futuros socios.
—No... entiendo.
—Chein heredará pronto una empresa de telecomunicaciones, —habló metiendo las manos en los bolsillos de su short —Hata está de practicante en una compañía de cosméticos en Perú, herencia familiar, aunque está en duda si va a hacerse cargo o no, odia bastante todo lo relacionado con el tema y Leyla trabaja en el negocio familiar de establecimientos de aguas termales en Japón.
Mi boca casi llega al piso.
—Maldito oportunista —susurré.
—Negocios son negocios Isabella y todos los que me puedan beneficiar son... amigos.
—Pues qué gran concepto de amistad —dije sarcástica.
—En los negocios no nos podemos permitir ese lujo.
Que aburrido.
—Te faltó Polo.
Esta vez me arrebató la copa de vino y se bebió todo el contenido con la misma velocidad que antes.
—No quiere hacerse cargo de la empresa familiar por ahora. Su mamá se volvió alcohólica después de la muerte de su esposo, así que su hermano mayor se hizo cargo de los negocios y él de su madre.
—Pobre.
Él hizo una mueca para luego hablar.
—Antes no me respondiste la pregunta.
Apreté los dientes. Joder que no se le escapa una. Se volteó mirándome de frente.
—¿Nostalgia? —volvió a preguntar.
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Complicidad Frente A Otros
RomanceHera: Impulsiva, se dejaba llevar por las emociones hasta perder los estribos. Stephan: Calmado, imperturbable, siempre manteniendo la compostura. Hera: Vivía cómodamente. Stephan: La comodidad le sobraba. Hera: Quería estar con alguien que la h...