CONTINUACIÓN DEL FLASHBACK
"—¿Estuviste llorando?
—¿Se me nota?
—Tenés el aspecto que técnicamente se domina: después de la tormenta.—Bah, solo un chubasquito"
-Mario Benedetti.
—Apaga el maldito cigarro, no quiero esa porquería cerca de mí.
Al ver que no se inmutó le arranqué el cigarro de las manos y lo aplasté contra el suelo.
—No te pago porque me cuides —protestó malhumorado.
—Tampoco por dejarte infestar mis pulmones. ¿Cómo está tu hermano?
Han se inclinó hacia adelante y rodeó sus piernas con los brazos, inspiró hondo y se tomó su tiempo para responder.
—El jueves sale bajo libertad condicional. De la casa al trabajo, si se mete en problemas lo vuelven a trancar.
—Eso es algo bueno. —Negó con la cabeza.
—La droga es su adicción, en cuanto la vea volverá a lo mismo.
—¿Por qué tú y tu tío no se salen de toda esa basura, Han?
—Es complicado. —Hizo una mueca y acostó su cabeza sobre mis piernas y eso solo significaba que el tema había quedado zanjado.
...
—¡Han! —llamé desde la puerta de su casa, pero nadie respondía—. ¡Han! —repetí impaciente.
Se suponía que estaría en casa ya que hoy era que soltaban a su hermano. Le llamé al teléfono, pero otra vez me pasó al buzón. Bufé exasperada.
—Hey chica, ¿buscas a alguien? —Se acercó a mí un hombre con bolsas de comida en las manos y el rostro visiblemente maltratado aunque lucía joven y corpulento y, sobre todo, era irrefutable el parecido con Han.
—Sí, hace unos minutos que estoy llamando a la puerta, pero Han no contesta.
—Debe estar en el patio. Yo soy su hermano mayor, ¿y tú eres...?
—Hera —completé la frase por él—, su novia.
Arqueó las cejas y tuve la impresión de que esta vez se fijó un poco más en mí.
—Vaya sí que tiene suerte mi hermanito.
—Me da mucho gusto que hayas regresado, Han me ha hablado de ti.
—De seguro cosas buenas no han sido. —Me pasó las bolsas con manos algo temblorosas para buscar las llaves de la casa en su bolsillo y abrir.
—Las cosas malas las omitió. —Sonrió como diciendo: no te creo, y tomó las bolsas de mis manos—. Iré a ver si está en el patio —le informé adentrándome junto a él a la casa.
—Claro, si gustas puedes quedarte a cenar, seré un ex convicto, pero se me da muy bien la cocina.
—Solo te advierto que tengo un paladar bastante exigente.
ESTÁS LEYENDO
Complicidad Frente A Otros
RomanceHera: Impulsiva, se dejaba llevar por las emociones hasta perder los estribos. Stephan: Calmado, imperturbable, siempre manteniendo la compostura. Hera: Vivía cómodamente. Stephan: La comodidad le sobraba. Hera: Quería estar con alguien que la h...