La vida familiar de Bangchan siempre había sido una buena vida, sin grandes problemas, tenía una madre que lo amaba, un padre que se esforzaba por sostener el hogar día a día y dos hermanos que aunque eran menores que él, mantenían una buena relación. No tenía de qué quejarse. Sin embargo, sus amistades no fueron las mejores, pues vivían en un barrio donde faltaba siempre el dinero y la mala vida se podía olfatear a cada momento y sí, quizás ese fue su gran error, rodearse de las amistades equivocadas.
Ambos padres confiaban en Bangchan, pero él les escondía todo lo que hacía y aunque realmente no era un chico con maldad, dejarse llevar por lo que hacía el resto iba formando en él una conducta que a lo largo del tiempo sería difícil de borrar.
El dinero llegaba fácil, le servía para poder comprar sus caprichos que sus padres por asuntos económicos no podían hacer. Su excusa era siempre la misma "estoy trabajando en un mercado llevando lo que compran algunas personas", lo cual en parte era cierto, pero eso no le daba las ganancias suficientes para obtener lo que deseaba.
Sin darse cuenta, se encontraba sumergido en un mundo oscuro, tan oscuro que ni aunque lo pensara, podía salir.
Bangchan dedicó parte de su adolescencia a cometer delitos, comenzó con robos simples, llegando hasta el microtrafico. Su vida, todo había ido tan bien, claro que muchas veces se preguntaba si era correcto lo que hacía o si ese era realmente su lugar, pero era mejor callar esas voces y continuar.
En aquel centro, él era uno de los mayores del grupo de chicos que se encontraban ahí, llevaba más de un año viviendo en ese lugar, siempre recordaba su vida, lo que había hecho y cómo había terminado ahí.
— ¿Entonces sólo te dedicaste a tener una vida fácil? Teniendo una familia... — Minho estaba sentado cerca, habían pasado unos días desde la golpiza que le habían dado, se sentía algo más recuperado.
— Pues sí. — Bangchan era totalmente honesto con Minho, a pesar de que apenas comenzaban a hablarse, de pronto le había dado confianza contarle parte de su vida.
— Que idiota. — Suspiró fastidiado Minho, para él si hubiera sido Bangchan, jamás habría optado por una vida así teniendo una familia que no lo abandonó nunca. — Realmente fuiste un completo idiota.
— Hey... ¿Por qué te molestas tanto? Es mi vida de todos modos, no es mi culpa que a ti te haya tocado una mala familia. — Esas palabras hicieron molestar aún más a Minho, que se levantó para irse. — ¿Ya te vas?
— Sí, no tengo más que hablar con un idiota.
— ¡Pero este idiota te ayudó cuando casi morías! — Bangchan solo sonrió, entendía en parte el sentimiento de Minho, aunque realmente él no sabía bien el motivo por el cual él y Felix estaban ahí.
Para él era difícil estar ahí, quizás lo tomaba como una segunda oportunidad, porque sí, desde que había ingresado a cumplir con su causa, al haber estado involucrado en un altercado que había dejado a su mejor amigo fallecido y en donde él fue descubierto portando gran cantidad de sustancias ilícitas, por lo que había perdido toda comunicación con su familia, la decepción de ellos al ver a su hijo involucrado en todo ese mundo, hizo que se alejaran.
Bangchan solo se tenía a sí mismo y a las amistades que comenzaba a formar dentro de ese lugar.
— ¿Por qué dejas que ese idiota te trate de idiota? — Changbin era uno de sus amigos, aunque al comienzo no se llevaban muy bien, con el paso del tiempo lograron entenderse y se hicieron cercanos. — Definitivamente no me agrada.
— ¿No? A mí si me agrada, tiene un carácter algo especial. — Respondió Bangchan mientras miraba hacia nada en específico.
— ¿Algo? Bastante diría yo... — Changbin jugaba con una de sus manos, se sentía algo inquieto, inquietud que Bangchan pudo notar enseguida.
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Brothers. || STRAY KIDS.
Fanfiction|| MinBin - HyunSung - SeungLix || 🍃 Ocho chicos, destinados a encontrarse. ¿Podrán dejar el triste y catástrofico pasado atrás? - Psicológico. - Temas de vida. - Contenido +18.