Capítulo 4. Y al fin, Madrid

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Desconocía el significado de la palabra Stalkear hasta que se convirtió en mi pasatiempo favorito con Dayane. Os pareceré intensa, tóxica y cobarde, no os juzgo. Había seguido todos sus pasos y trabajos. Las salidas de domingo con Sofia a patinar, los progresos de Juliano con las redes sociales, todas sus malditas fotos modelando. Si en la casa me aprendí todas sus formas de reír ahora reconocería cada una de sus sonrisas. ¿Por qué seguía siendo tan hipnotizante mirarla? Y joder, ¿Por qué tenemos que esperar siempre a perderlo todo para echarlo de menos?

Hace dos horas que estoy en el Ferno, el aeropuerto de Milano. Mi vuelo a Madrid lleva retraso no sé muy bien porqué. Qué ganas de llegar. Aprender español me costó un poco, teniendo en cuenta que solo sabía decir gracias y olé, mejorar tampoco era tan difícil.

*Pasajeros con destino a Madrid, informamos que las puertas de embarque serán abiertas a las 16:15 horas, ruego que disculpen las molestias causadas.*

Media horita para embarcar y si todo va bien en dos horas y media estaré pisando suelo español. ¿Que podía hacer en media hora? Abrir twitter sin duda. Lo hice desde una cuenta anónima que tenía para poder opinar e interactuar sin tener que hacerlo bajo mi propio nombre, ya sabes, al final todos te juzgan por cada like, comentario o retuit.

Buscador, Hashtag rosmello, sección videos.

Sin darme cuenta algunas veces a la semana repetía esta operación.

¡¿Que qué es Rosmello?!

Cuando estábamos en el programa generamos un séquito de fans incondicionales que shippeaban la relación de Dayane conmigo. Shippear fue otra palabra que aprendi cuando mi staff manager me dijo "échale un ojo a twitter".

Rosalinda + Mello = Rosmello.

El caso, el fandom se había dedicado a hacer recopilatorio de fotos, videos, frases y opiniones para todos los gustos y colores sobre nosotras dos. Hubo un momento crucial en el programa porque el fandom se volcó a favor de Dayane tras el comienzo de mi circo con Andrea Zenga y digo circo porque nada me había salido peor en esta vida que esto. Incluso Rosmello se dividió creando el famoso ExRosmello.

Recuerdo que un día me llamaron a confesionario y el autor, que digamos que orquesta un poco el rumbo del programa, me comunicó que mi caché y por tanto mi sueldo podía sufrir una subida importante de dinero si fingía tener una relación con Andrea Zenga. Ambos aceptamos: yo por la búsqueda insaciable de la fama y la aceptación social y el, porque no había encontrado su hueco en el panorama televisivo. Al final resulto que a nadie fuera de la casa le interesaba mi relación ficticia con Andrea, por tanto ninguno de los contratos prometidos acabaron llegando y todo fue para nada.

De repente en mi TimeLine apareció un tweet que hizo que se me encogiera un poquito el corazón.

LUCIA MELLO
@lumello78

En su día no superé #Blumettra. A día de hoy sigo sin superar #Rosmello.

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