Capítulo 7. Fai Rumore.

1.1K 83 20
                                    

Las tostadas saltaron enérgicamente del tostador mientras abría la nevera para sacar mi tarrina de Philadelphia y unas lonchas de pavo trufado, mi favorito. Me faltaba hacerme el café, que como no tengo demasiado tiempo suelo preferir el de cápsulas. Hoy tocaba Volluto, bien de intensidad, a ver si mentalmente me despierto antes. Puse a exprimir unas naranjas. Desayuno listo.

El día de hoy quería emplearlo para dejar todo preparado, ya era Lunes y volaba al día siguiente, demasiado temprano a mi gusto. Tenía que hacer mi maleta y la de Sofia. Bubi había prometido ayudarme, pero ambas sabíamos que no iba a ser fácil tarea, por ambas partes.

Me dispuse a untar la Philadelphia en las tostadas mientras pedía a Alexa que me pusiera una lista de música aleatoria y de repente la casa se inundó de melodías. Juliano se había quedado el día anterior con Sofia para pasar una tarde/noche de tío - sobrina y a mi todavía me quedaba unas horas de semisoledad.

Dios. Quien hubiera inventado la Philadelphia con sabor a salmón merecía el cielo. ¿No creéis que tiene un sabor brutal? Me flipa.

Sonaba una canción lenta, en italiano, que casualidad. Ahora que me marchaba a Italia todo eran señales, o quizás no había prestado atención a los detalles hasta ahora.

Che fai rumore qui
E non lo so se mi fa bene
Se il tuo rumore mi conviene...

No conocía el cantante y tampoco la canción, empezó a invadirme una sensación de nostalgia y quise saber la letra al completo.

Ma fai rumore, sì
Ché non lo posso sopportare
Questo silenzio innaturale
Tra me e te...

Cogí mi movil con la mano que me sobraba y pregunté a Siri por la canción que estaba sonando mientras una sensación extraña me invadía el cuerpo.

Diodato - Fai Rumore.

E me ne vado in giro senza parlare... de repente dos manos se apoyaron en mis hombros y me regalaron un beso en la mejilla de buenos días. Sonreí como una idiota y me giré para, tal y como esperaba, encontrarme con su figura.

Y ahí, parado frente a mi y ofreciéndome una sonrisa preciosa, estaba él. El chico que había conseguido parar el tren de mi vida para devolverme las ganas de continuar mi viaje.

Thiago Do Santos.

Thiago era un hombre cariñoso, preocupado por su familia. Me fascinaba la forma en la que adoraba a su madre, que según él, era la mujer de su vida y eso me encantaba. Lejos de ponerme celosa me nacía una admiración natural por el amor que Thiago le procesaba a su mamá.

Se dedicaba a los negocios. Era CEO en una importante empresa de finanzas en Río de Janeiro, también tenían otra sede en Olinda, eso le hacía tener viajes recurrentes aunque lo cierto es que se gestionaba lo suficientemente bien como para que no afectase a nuestra relación.

Llevábamos dos años y poco juntos, mi familia y él tenían muy buena relación. A Bubi le gustaba mucho jugar al Sing Star con él, se inventaban todas las letras cuando no conocían la canción y era muy divertido verles jugar. Thiago siempre me había apoyado y se había convertido en ese novio que también es tu mejor amigo y que todos necesitamos a nuestro lado cuando vamos a tomar decisiones importantes.

¿Gucci? Mi amor... ¿Te refieres a Gucci la marca que tiene una mosca como imagen? - me comenzaba a decir mientras yo trataba de explicarle entre risas que no era una mosca si no una abeja. - Pues yo creo que no hay nada que pensar. ¿Que vamos a estar un tiempo separados? Sí. Pero no importa, es tu futuro, o sea Dayane, no puedes no aceptar. Di que sí y no lo hagas por mí, hazlo por ti.

RosmelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora