Capítulo 24. Jueves de cervezas a la vista.

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Dayane había dicho que sí y yo no podía estar más feliz. Me fascinaba la idea de volver a pasar tiempo con ella. De empezar de cero de verdad, un vamos a conocernos de nuevo y a dejar que la magia fluya.

No podía parar de pensar en la cena del otro día, en cuando casi nos besamos pero no. Me estaba muriendo por comerle la boca. Y sí, lo digo así tal cual suena porque no me avergüenzo de ello. Los labios de Dayane tenían un iman, era magnética. Y yo tenía el polo opuesto en los míos. Cuestión de tiempo y ciencia que acaben pegados, me dije.

Hoy teníamos reunión, habían pasado cuatro días y lo mejor para empezar el finde era una reunión de viernes. Nótese la ironía.

La reunión iba a ser matutina, yo ya me estaba preparando para ir, y no tenía hora de finalización. Iban a asistir Dayane y Juliano, el tándem AuPa y la chica pelirroja que tan genial me caía. Esto último también es ironía.

Un coche del equipo pasó a buscarme.

Bueno, a buscarnos.

Que al final no os he contado nada pero... ¡Lucía ha dicho que sí! El lunes me gastó una broma, salió mejor que la de Dayani, me dijo que no podía ser, que el tiempo fuera de España le pesaba mucho y cosas así. Me lo creí por completo y estaba dispuesta a reunirme con Gucci sin ella, que remedio. Pero al final todo resultó una broma sin gracia. Eramos el mejor team del mercado y estábamos ready para todo.

Estábamos en el coche de camino a la reunión. Lucía estaba bastante nerviosa, se había revisado mil documentos sobre contratación de profesionales en el medio audiovisual, así como había estado consultando con varios amigos suyos, abogados, sobre las cláusulas que contenían mi contrato. Me había repetido en incontables ocasiones que quería ser la mejor y que no quería fallarme. No quería que mi amiga sintiese tanta presión, así que le di un abrazo antes de salir y le dije que lo iba a hacer genial. Me hacía gracia la situación, se supone que tendría que estar nerviosa yo, no ella. La reunión se iba a llevar a cabo en la sala de juntas de Gucci.

Al entrar allí nos encontramos con Marco, presidiendo la mesa, con Marisa. La pelirroja había decidido ir de blanco en esta ocasión, llevaba un traje completo blanco así que imaginaos todo lo que destacaba su pelo. Que pereza. Aupa iban con su estilo relajado de siempre, sudaderas GUCCI x supreme, chinos ajustados y zapatillas Nike de alguna edición súper cara. Dayane estaba esplendida con unos pantalones de traje plisado en color negro y una blusa blanca con motitas negras. Lo mejor de su outfit es la sonrisa radiante que le acompañaba, se la notaba feliz y eso me alegraba. Lucía parecía la antítesis de Marisa. Iba de traje pero había elegido el negro. Era gracioso verlas juntas, podrían hacer un grupo musical y llamarles "Black and White". Para el colmo les tocó sentarse juntas.

- Lo que me faltaba quilla. Sentarme con la nota esta. ¿Pero tú has visto cómo va vestida? – me ponía cara de asco. – Que parecemos unas putas fichas de dominó. Madre mía Rosalía.

Definitivamente la rubia estaba nerviosa y susceptible. No quería fallar.

Dayane estaba sentada frente a mí y nada más llegar y sentarnos me guiñó un ojo. Se me revolvió todo por dentro. Desde luego que esta chica tenía un poder sobre mi impresionante. Juliano sin embargo se mostró más serio al verme, me dirigió un simple buenos días y una vaga sonrisa, sin ganas.

Marco arrancó a hablar.

- Pues no os voy a molestar mucho, me gustaría que primero tratásemos el tema de las clausulas y cuando estén cerradas os dejo tranquilo que tratéis todo el tema ese de redes y de cosas que no se me dan bien. – se rió. – decidme chicas, alguna modificación.

RosmelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora