Capítulo 56. Season finale.

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- Dayane Mello. Mi vuoi sposare?

Casi se me quiebra la voz. Estaba muerta de miedo. Había gastado demasiado tiempo organizando todo esto. Gucci me había regalado el lujo de hacer con la ceremonia literalmente lo que quisiera. Sí, por el morbo y las views. Lo sé. Pero para mi tenía otro significado.

Para mi hoy era el día en el que comenzaba toda mi libertad. El día en el que los años a escondidas quedarían atras. El día en el que dejaría de vivir el amor como una farsa. El día en el que empezaría a amar a los cuatro vientos y gritando de amor por ella.

Quería que todo saliera perfecto. Quería que Dayani se sintiera una princesa delante de todo el mundo. Que fuera consciente de que todo mi mundo giraba en torno a ella. Que estaba dispuesta a crecer como persona a su lado. A ver a Sofia crecer y a quererla y a quererlas.

- Amore... - empezo a decir.

Me miraba con ternura. No se creía lo que estaba escuchando, supongo que fue algo totalmente inesperado para ella. Dayane sabía la importancia de este gesto delante de medio mundo. Delante de mi familia y de todos los medios nacionales e internacionales que habían puesto en duda mi sexualidad. Sobre todo los nacionales que se tomaron la libertad juzgar mis sentimientos y condenar mis actitudes durante mi aparición en Grande Fratello.

Podía escuchar el silencio. Todo el publico permanecia callado. Fedez y Francesca se habían retirado a una esquina y miraban desde la oscuridad la marea de moviles que se alzaban esperando capturar la respuesta de Dayane en riguroso directo.

Para mi, los segundos más largos de la historia. ¿Qué significaba ese Amore...? ¿Iba a decir que sí? ¿Que no? ¿Que lo hablamos luego? Que nervios, joder.

- Amore. Assolutamente sì. - Dijo mientras lloraba abalanzandose sobre mi. - Sí, sí y mil veces sí.

No me podía creer el sentimiento que estaba invadiendo mi cuerpo en esos momentos. El griterio del público ensordecía mis oídos. La gente vitoreaba, aplaudía y gritaba de emoción. A mi se me deshizo el nundo que llevaba días viviendo en mi garganta. El pecho me dió cuartelillo y pude empezar a latir de nuevo. A latir de sus latidos. Dayane se fundió en un abrazo infinito después de decirme que sí. Su pecho latía contra mi esternon y su respiración estaba entrecortada.

Se separo unos centímetros de mi para empezar a artícular palabra.

- Eres la persona más valiente que conozco. Gracias. Ti amo.

Y acto seguido me beso. Me beso bonito, lento y apasionado. A mi se me olvidó el mundo, las camaras y el publico. Un rubor me empezó a subir desde los tobillos hasta el estomago y finalmente mis mejillas acabaron por encenderse. Dayani me miró entendiendo todo y sus ojos parecieron transmitirme un "tranquila, contente, que están grabando".

Y eso hice. Me contuve. Imaginaos, el polvo de mi vida en streaming. No gracias.

La presentación fue todo un éxito. Defilamos con todos los modelos que habíamos estado diseñando durante todos esos meses. Lanzamos un código con descuento especial durante la gala para usarlo durante la duración de la misma y... el fandom rosmello dejó unas zapatillas sin stock. Simplemente increible.

Llegamos a casa. Stefano había decidido quedarse con Sofia esa noche ante la inesperada proposición de matrimonio. Estabamos derrotadas. Había sido una noche larga, dura e inesperada para Dayane. Para mi había sido un júbilo de felicidad y un peso quitado de los hombros que me estaba consumiendo demasiado. Ahora sí. Fuera del armario, feliz y enamorada. Ah. Y comprometida.

- Amore... - Dayane se acercó cariñosa y empezó a acariciarme con su dedo índice la tripa.

- Dime bella.

- ¿Estás completamente segura de querer compartir toda tu vida conmigo y con Sofia? - preguntó con cara de bebé.

- Parafraseandote... Assolutamente sì.

- Ti amo tanto. Tantisimo... Quiero compartir toda mi vida contigo, y hoy hay algo que quiero compartir mucho más... - empezaba a sonar jugetona. - Verás, cuando te he visto aparecer, con ese top, esos ojos... Cuando te he besado invadida de una felicidad inmesa. Me he encendido y he notado como tú también lo has hecho y...

- ¿Y...? - Empecé a jugar yo también.

- Y sería un delito no querer hacer el amor con mi futura mujer.

Futura mujer. Esas palabras sonaban tan sumamente bien cuando salían de su boca que fue imposible no querer atrincherar su labios en los mios.

Me acerqué lentamente a ella, la cogí por el cuello y comencé a besarla. Esta vez no tan lento. No tenía prisa pero quería hacer de ese momento algo apasionante. Empecé a besarla con urgencia y en mitad del salón. Sin darnos cuenta estabamos de espaldas contra la pared. Mis dedos recorrían sus hombros y jugaban con sus mangas. Me deshice de un hombro y acto seguido del otro. El vestido impactó contra el suelo y yo perdí la cabeza al verla ropa interior. Dayane tomó el contro de la situación y me giró dejandome a mi contra la pared. Su pierna se introdujo entre las mias y mi centro de gravedad empezó a notar un vaivén que me estaba volviendo más loca aún.

La necesitaba mucho más cerca y con menos ropa.

Tiré de su brazo y le indiqué el camino hacia la cama. La empuje contra el colchó y me paré frente a ella. Fui desnundandome lentamente. Con placer. Hasta que mi ropa interior acabó en cualquier esquina de esas cuatro paredes que tanto habían visto hasta ahora.

Me tumbé sobre ella y comencé a besarle el cuello.

- Esta mi futura mujer preparada para el máximo placer. - susurré en su oído.

Su respuesta fue obvia cuando me cogió por el cuello y me aprisionó contra sus labios. Me liberé de ellos para irme directa a sus pechos. Me deshice por completo de su sujeador y comencé a morder y succionar sus pezones.

Su vientre se convirtió en mi biblia y el clítoris en un rezo profundo del cual no quería salir. Dayane se estremecía, gemía y gritaba de placer. Menuda fiesta, pensarían los vecinos.

- Joder sí. Rosalinda. Sí. Joder, sí.

Finalmente su cabeza se dejo caer derrotada sobre la almohada. Acababa de tener el mejor orgasmo de su vida y yo estaba tan mojada que creía resvalarme. Se colocó encima de mi con su mirada felina y decidió que matarme de placer era lo que pretendía hacer.

Esa noche fue inolvidable.

Hoy me encuentro nerviosa. Hace un año de todo esto y aquí esto parada, en medio de la nada. Esperando que vengan a recogerme. Tengo un nudo en el estomago, no sé si me muero de vergüenza. De ansiedad. O de qué.

Estoy completamente vestida de blanco y mis manos sujetan un ramo de flores blancas. Preciosas. Mi hermana, que es quien me va a entregar a Dayane anda de un lado a otro. Creo que también está nerviosa. Siempre fue team Rosmello.

El coche viene. Entro y suspiro. Tras media hora de trayecto llegamos al destino esperado. Me bajo. Siento que el corazón me va a mil por hora. Empiezo a caminar, todo esta precioso y tal y como lo imaginabamos. La wedding planner ha hecho un trabajo maravilloso.

Se trata de una finca con un jardín impresionante. El jardín esta lleno de sillas ocupadas por nuestros familiares. Al fondo de las sillas hay un altar lleno de flores y en el medio, junto a su hermano, está ella.

Me relajo.

Me sonrie.

Voy a ser feliz.

RosmelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora