-¿Y bien?...-Pregunto tentativo disfrutando de su timidez.
-Yo... director Santillana...-Me intimida con su mirada y parece que lo disfruta.-Quiero disculparme por lo que sucedió en el restaurante...-Elevo una ceja seriamente y el me ve sin expresió...
—No puedo creer que tú y el doctor Álvaro sean parejas…—Keila da unos saltitos y Steffi se ríe apenada.
—Si… ¡pero nadie puede saberlo!—Veo seriamente a Keila.
—¿Cómo hacen?—Hago un puchero.
—Bueno… en realidad nos venimos y nos vamos juntos. Pero acá en el hospital somos dos personas distintas...—Keila se sorprende haciéndome reír.
—¡Que emoción!—Abracé a mi amiga.
—¿Que tal mi tío Harry? Cómo se ha portado éstos días…—Tomo mis historias para ir revisando.
—Ha estado tranquilo… lo dejo con todas sus cosas. Mientras mis padres no estén en el país puedo tenerlo…—Reímos.—Aunque a veces se pone insoportable… debe ser esa bendita adicción!—Me quejo tomando aire.
—No sé que hacer con mi tío…—Froté mi frente.
—El mismo me dijo que le tengamos paciencia…—Steffi hace una mueca y luego reímos divertidas.
—Oinnnn amiii mañana es tu cumpleaños!—Keila abre sus ojos porque ella misma se ha olvidado de su cumpleaños.
—Dios… ¡es cierto!—Reí divertida.—¡Mañana cumplo mis veinticinco!—Hice un pucherito.
—¿Vas a hacer algo?—Pregunto emocionada.
—¡Sí! Aprovecharé que mis papás no están…—Comento sonriente y muy feliz, tomé mis historias y me fuí con Steffi.
—¡Será divertido!—Reímos cómplices.
CUMPLEAÑOS DE KEILA.
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El sábado fue el mejor día para el cumpleaños de Keila. Su casa la decoró con muchos globos de helio con forma de coronas. Sus amigos más allegados llegaron a la recepción para celebrar los veinticinco añitos de la preciosa rubia. La piscina de luces, los Djs que mezclaban buena música, los chicos bailando y disfrutando del mejor cumpleaños hecho por Keila y Stefanía. Las dos estaban hermosísimas en sus vestidos de noche, atrayendo la atención de algunos chicos. Álvaro estaba guapísimo mientras tomaba de su líquido ámbar y fumaba uno que otro cigarrillo, siempre pendiente de su preciosa mujer. Luciano no quitaba los ojos de las chicas que estaban en la fiesta, ¡Carne fresca! su fama de mujeriego era muy conocida y algunas querían ligar con él de una vez.
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