Capítulo 3: Una vida a color

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Primera balada de Chopin, Sol menor, Ópera número 23.

El sonido del piano se comenzó a esparcir rápidamente por el auditorio. Era una resonancia que hacía vibrar los corazones de las personas. Un sonido profundo y calmado, dulce como un susurro.

Era una melodía que apelaba directamente a los sentimientos de las personas y no solo a los de ellos, a los míos también…

Seto-san: “Toca como te diga tu corazón”

«Mi corazón está hecho un desastre en este momento»

Watari: “Estás pensando en la chica que te gusta ¿no?”

«Pues claro»

Tsubaki: *enojada y llorando* “¿¡Por qué no dejas de tocar ese estúpido piano!?”

«No tengo otra opción. No se me dan bien las palabras» 

«Todos me miran. Me encuentro aquí gracias a todas estas personas, gracias a todos los que han tomado lugar en mi vida. Ellos fueron quienes me trajeron hasta donde estoy» 

Aiza: “Supongo que al ser músicos debemos comunicarnos con la música”

«Así es, así es como debe ser Aiza»

Kaori: “¡Aún si estás triste y destrozado en lo más profundo debes tocar!” “Estaremos bien, de alguna forma lo lograremos. Somos los mejores”

Mi resonancia empezó a cambiar. Por alguna razón cada vez que escuchaba la voz de Kaori en mi mente y mi corazón se aceleraban y comenzaba a sentir un sentimiento muy extraño. Era realmente cálido, pero al mismo tiempo me llenaba de angustia.

«¡Tocaré! ¡Tocaré! Porque así es como vivimos los de nuestra especie» 

«Soy un pianista, soy un músico al igual que tú»

Los ojos de Nagi sentada entre la gente se llenaban de lágrimas…

—Impresionante Arima-sensei… Tu vida, tu música… todo es tan colorido…

«Todos me están mirando. La gente que me devolvió a los escenarios. Los que me dieron tantas cosas… debo compensarlos»

«Este es el sonido que me entregó mamá, el que Watari me hizo ver, el que Tsubaki encontró, el que surgió de competir con Aiza e Igawa-san, el que cree junto a Nagi, el que Seto-san me hizo recordar…»

Mi mente viajaba por la música, entrando en los sentimientos más profundos de mi corazón… 

Podía ver a ese niño llorando en aquella esquina pidiendo ayuda… sus lágrimas caían por sus mejillas…

Había una mano… era cálida. Me acariciaba y me hacía calmarme…

Kaori: “Me tienes a mí”

«Tienes razón, no estoy solo.» 

«Desde que conocemos a alguien ya no podemos vivir solos. Estamos conectados»

Kaori: *llorando* “¡No me dejes sola!

«Tonta me tienes a mi»

«En mi interior»

Kaori: “En mi interior…”

«“¡Estás tú!”» … 

Cerré mis ojos mientras tocaba una sección suave de la balada…

«No pienso dejarte sola nunca»

«Por favor ¡Que le llegue! ¡Que le llegue! ¡Que le llegue! ¡Que le llegue todo lo que quiero expresar!»

Shigatsu wa Kimi no Uso Nyuansu [Final Alternativo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora