La nieve caía en la azotea del hospital pintando el panorama totalmente de blanco. Los copos de nieve caían en nuestras cabezas llenándonos de emociones. Kaori parecía estar feliz.
Su cuerpo sobre mi espalda se sentía muy liviano. Pesaba muy poco. Pensaba que por ser ella se podría deshacer de cualquier enfermedad, pero…
Senté a Kaori en una banca y ella abrió la bolsa con canelés que le había llevado…
—No has vuelto a tocar piano, ¿verdad?
«¿Cómo puedes preguntar eso? Aun viendo en el estado en que estás te preocupas porque yo siga practicando»
—No, ya no puedo tocar —respondí con la cabeza gacha.
Siempre ha sido igual. Todo lo que quiero desaparece ante mis ojos. La música se los lleva a todos mis seres queridos. Al final… solo estoy yo… solo… sin nadie más.
—¡Me tienes a mí!
. . .
«… ¿Eh?»
—Me operaré. El 18 de febrero. Aunque los doctores dicen que es peligroso, pero resistiré con todas mis fuerzas.
Kaori: «Todo es culpa tuya» «Has hecho que me quiera aferrar a la vida» «Has hecho que aprecie cada momento que paso a tu lado»
—Por eso seguiré resistiéndome. Somos músicos. Vivimos toda nuestra vida así.
«Pero… aun así…»
—Llevo varios días sin tocar el piano… no sé si pueda…
—Será como la primera vez que tocamos juntos…
—Trabajaba haciendo arreglos así que, sí tocaba, pero esta vez… —volví a mirar hacia el suelo— no hay forma de que pueda tocar… se necesitaría un milagro…
«¿Qué clase de músico soy? Un pianista que ni siquiera puede tocar… es una decepción para los demás músicos»
De pronto todo a mi alrededor se volvió brillante. Comencé a escuchar la melodía de un violín. Era como si todas las notas estuvieran cargadas con una tristeza profunda.
Me di media vuelta y quedé admirado… Kaori estaba de pie tocando haciendo que tocaba un violín sobre el aire.
La melodía que tocaba cada vez se volvía más y más intensa.
«De ninguna manera», dije sorprendido.
Kaori desprendía una luz tan intensa que encandilaba mi visión.
—Ves al final los milagros sí existen…
Los pies de Kaori no la pudieron sostener por mucho más y ella se desplomó hacia adelante.
Corrí y me tiré al piso para atraparla.
—Existes en mi interior Kousei. Apenas he empezado a conocerte, aunque aún hay muchas cosas que no sé de ti. ¿Qué insecto te gusta? ¿Que anime te gusta? Tsubaki-chan lo sabe todo de ti… me da envidia. Quiero saber más sobre ti...
«¿Eh?»
Estaba a punto de llorar. Sentía un nudo en la garganta y un vacío en mi estómago.
La mano de Kaori se cerró aún más fuerte tomando la manga de mi camisa y su voz se salió entrecortada…
—Tengo miedo… tengo miedo… tengo miedo… ¡Por favor no me dejes sola Kousei!
Las lágrimas de Kaori empezaron a caer al suelo dejando marcas de agua al igual que los copos de nieve. Su llanto era desgarrador, un llanto de verdadero dolor.«Es violenta, tiene una personalidad horrible y da una mala primera impresión, pero… es realmente hermosa»
Su cuerpo era cálido. Sus manos temblorosas me sujetaban cada vez más fuerte.
—¡Por favor no me dejes! —me volvió a repetir.
Una lagrima bajó por mi mejilla hasta caer en la cara de Kaori…
Tomé la mano de Kaori y la abrí con mi mano como aquella vez ella lo había hecho…
—¡No te pienso dejar! Ya te lo dije una vez…
Miré a Kaori a la cara con una sonrisa y con los ojos llenos de lágrimas…
—Te dije que emprendería un viaje, te perseguiría, hasta que llegara el día en que pudiera caminar a tu mismo nivel. No te puedo dejar ir… yo… no…
Kaori me abrazó aún más fuerte.
Las lágrimas comenzaron a salir una tras otra, ya no las podía contener más.
Envolví a Kaori en mis brazos, no la quería soltar.
—¡Verás que todo va a salir bien Kaori! —exclamé llorando.
Seguro era una corazonada, pero… sentí que si la llegaba a soltar desaparecería para siempre. Era… como si Kaori estuviera tratando de despedirse de mí.
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Shigatsu wa Kimi no Uso Nyuansu [Final Alternativo]
Fiksi PenggemarLa vida de Kousei dio un giro después de conocer a la persona que le cambiaría su existencia para siempre. Su vida empieza a ser como una canción... llena de matices. Aveces sube de intensidad y aveces baja, ya no es monótona como antes. Años despu...