Los días pasaron, y ya sólo nos quedaban dos días para el concierto de los Stray Kids, y cuatro días para el fin de este viaje.
Estábamos caminando por las calles sin ningún rumbo cuando nos entró antojo de comer algo dulce, así que entramos a una cafetería que vimos que tenía buen aspecto.
-Irene: que mierda. - Dijo mientras apoyaba los codos en la mesa.
- Rylie: el qué?
- T/n: qué va a ser Rylie. Que en cuatro días nos tengamos que despedir de Seúl.
- Irene: sí, de Seúl... - Dijo susurrando.
- T/n: ojalá no nos tuviéramos que ir. Me encantaría vivir aquí. Todo es tan maravilloso, la gente, los paisajes...
- Rylie: los chicos. - Dijo interrumpiendome.
- Irene: tu siempre fijándote en lo mismo. - Dijo bromeando.
- Rylie: al menos yo no oculto nada a mis amigas. - En ese momento pude notar como la tensión se podía cortar con un cuchillo, así que decidí cambiar de tema.
- T/n: vayámonos de fiesta esta noche, así nos alegramos un poco. Además, ya hemos hecho de todo en esa ciudad menos irnos de fiesta.
- Irene: sí, nos vendría bien a las tres para desconectar un poco.
- T/n: pues decidido, está noche nos vamos de fiesta.
- Rylie: voy a buscar discotecas buenas cerca de aquí.
- Irene: pero que no sean muy caras.
- Rylie: da igual, invito yo. - Irene y yo nos miramos sorprendidas ya que aunque sabíamos que tenían bastante dinero ella y su familia pocas veces nos había invitado a algo tan caro como podía resultar una discoteca buena.
- T/n: genial, gracias Rylie. - La dije sonriendola.Cuando empezó a anochecer volvimos al hotel para prepararnos. Por suerte, traje dos conjuntos de fiesta por si acaso, y estaba deseando ponerme alguno de ellos. Tras estar un buen rato parada mirando fijamente hacia los dos vestidos, decidí por ponerme el negro ajustado de tirantes, ya que me gustaba la forma del escote y el detalle de que la espalda estuviese al descubierto, y además era corto, pero no mucho. Como en las discotecas siempre hacía calor, y llevaba un vestido que dejaba ver mi espalda, me decidí por hacerme una coleta alta. Ya solo me faltaba maquillarme, y como me daba tiempo me hice un eye-liner, me eché algo de rimel, algo de colorete y un buen gloss. Cuando terminé vi como Rylie apenas había empezado a arreglarse y me desesperé, menos mal que Irene también estaba lista. Viendo como la mirábamos Rylie se preparó lo más rápido que pudo, y cuando terminó nos fuimos hacia la discoteca.
Al llegar, me impactaron las luces neones que recorrían toda la discoteca y que iluminaban a las personas. Pude fijarme en un letrero que ponía el nombre de la discoteca, Octagon.
Lo primero que hicimos fue ir hacia la barra para pedir bebida, y tras acabarnos nuestra copa en un tiempo récord, fuimos a la pista de baile. Nuestros pasos de baile estaban perfectamente sincronizados, y no es por presumir pero bailabamos bastante bien. Pude ver de vez en cuando como nos miraban algunos chicos, devorándonos con los ojos, incluso alguno se acercaba a intentarlo, pero lo rechazabamos, por lo menos por el momento. Ya había pasado mucho tiempo e Irene y yo estábamos en la barra tomando otra copa cuando vimos como nuestra amiga Rylie se besaba ansiosamente con un chico. En ese momento nos miramos y nos reímos a la vez, no era la primera vez ni la última que veríamos a nuestra amiga estando así con un chico.-Irene: y a ti que te pasa?
- T/n: que me pasa de qué?
- Irene: nada, simplemente me parece raro que no estés ligando con ningún chico ahora mismo. No has visto a ninguno que te parezca guapo?
- T/n: no, la verdad es que ninguno me ha llamado excesivamente la atención. -Y justo en ese momento, me tragué mis palabras al ver a un chico alto, fuerte y con pelo negro pasar al lado mía, era bastante atractivo.
- Irene: anda, vete a por él. No te preocupes por mi.
- T/n: no no, si no me ha llamado la atención. - Dije intentando parecer lo más convincente posible. Ella me miró con cara extraña, estaba claro que no me había creído. - Y tú, tampoco has intentado ligar con ninguno, de hecho casi ni has mirado a los chicos. La señorita Irene ya tiene ojitos para algún chico que quizá se le haya olvidado contar?
-Irene: no digas tonterías. Es solo que no me apetece, como a ti. Aunque no estoy tan segura de que ya no te apetezca - Dijo justo mirando atrás mía, como si alguien se nos estuviera acercando. Cogió rápidamente su copa y desapareció entre la muchedumbre, dejándome con las palabras en mi boca.
-?? : Vaya, creo que tu amiga te ha dejado sola. - Dijo con un tono seguro de sí mismo. En ese momento me voltee para ver quien era el que me había hablado, dejándome a tan solo unos centímetros de él, no sabía que estaba tan cerca cuando me giré. Cuando le vi la cara me puse aún más nerviosa, era el chico que acaba de pasar unos segundos antes.
- T/n: y tú eres...? -Pregunté intentando aparentar pasividad en mis palabras.
- Siu: me llamo Park Siu, un placer - Dice cogiéndome de la mano y depositando un beso en ella.- Y como se llama una chica tan hermosa como tú?
- T/n: me llamo T/n, encantada. - Dije sonriéndole educadamente.- Bueno ahora si me disculpas me tengo que ir, seguro que me busca mi amiga. - Genial T/n, otra mentira cutre que seguro que no se cree nadie. Me giré para irme cuando note que me cogía de la muñeca para retenerme.
- Siu: vas a huir de mi? - Dijo frunciendo el ceño extrañado. Se notaba que no estaba acostumbrado a que lo rechazasen, y yo realmente estaba deseando no hacerlo, pero algo en mi interior me impedía quedarme con él. - No te haré nada malo. - Añadió, haciendo un puchero.
- T/n: no, tienes razón. ¿Quieres tomar algo? - Acepte a quedarme con él, pensando que podría reprimir mis impulsos. Pero me equivoqué. Después de hablar un rato me llevó a la pista de baile, y nos pusimos a bailar. Me agarraba de la cintura con sus enormes manos, y me atraía cada vez más a él. Yo quería parar, de verdad que quería, pero no pude. La carne es débil, como dicen. Y cuando tan solo estaba a solo unos centímetros de él, dispuesta a darle un beso apasionado, nos interrumpieron.