STAY [FELIX]

XIV. Directo

No sé qué hora sería, pero me desperté al sentir como alguien me estaba agitando el brazo mientras me hablaba.

-T/n: dejarme en paz. - Dije pensando que sería algunas de mis amigas.
-Minsung: como tú quieras. Pero no va a tardar mucho en llegar la directora, y tú verás si quieres recibirla en pijama. - Es verdad, que hoy venía la directora, se me había olvidado completamente.
Me levanté de la cama y me puse lo primero que vi, así que acabé con unos pantalones vaqueros y una camiseta ancha blanca con algún que otro dibujo en negro.
-T/n: gracias por recordármelo, se me había olvidado. - Le agradecí a Minsung, aunque al parecer no sabía de lo que la estaba hablando ya que puso cara de estar confundida. - Lo de la directora digo. - Aclaré.
-Minsung: aaah, te refieres a eso. No es por ti, es por mi, no quiero que piense que mi compañera de mi cuarto es una indecente.
-T/n: bueno, gracias igualmente. - Justo en ese momento llamaron a la puerta, y Minsung que estaba al lado la abrió.
-Directora: buenos días chicas! - Exclamó mientras entraba a la habitación.
-Minsung y t/n: buenos días señora Sunhee. - Dijimos a la vez.
-Directora: qué tal la primera impresión? ¿Todo ha ido bien?
-Minsung: para mi estupenda, T/n ha sido muy simpática conmigo, seguro que nos haremos grandes amigas. - Dijo con una gran sonrisa.

La verdad es que en ese momento no podía creer lo que mis oídos estaban escuchando. Se la veía tan agradable y buena, que nadie diría que fuese la misma persona que la chica que conocí anoche. A lo mejor Rylie con suerte llevaba razón, y ayer fue tan borde porque tuvo un día cansado y no porque realmente sea así. Pero esa esperanza que se había generado en mí se esfumó tan pronto como volví a oír la puerta.

-Minsung: quieres regresar a la tierra! - Me dijo mientras agitaba sus manos enfrente de mi cara para que dejase de pensar en mis cosas y la atendiera.
-T/n: si si! Todo súper bien! - Dije en cuanto volví al mundo real.
-Minsung: déjalo, la directora se acaba de ir. Solo había pasado para ver qué tal la primera noche, y para saber si nos llevábamos bien.
-T/n: y se ha ido contenta?
-Minsung: claro, y gracias a mí. Porque tú no has dicho ni una palabra. A saber en qué estabas pensando.
-T/n: sí, perdón. Ayer discutí con mis amigas.
-Minsung: no me importa. - Dijo cogiendo un bolso que tenía apoyado en su escritorio. - Yo me voy, a diferencia de ti, me llevo bien con mis amigas. - Y tras eso salió de la habitación y se fue, sin siquiera cerrar la puerta.

Yo simplemente solté un pequeño suspiro y me dirigí a cerrar la puerta. De repente se me pasó por la cabeza la idea de ir a la habitación de mis amigas y disculparme con ellas, pero rápidamente se me pasó. Y cuando iba a cerrar la puerta vi como Irene pasaba por el pasillo. Al principio pensé que pasaría de largo sin prestarme atención, hasta que vi como me miraba fijamente dirigiéndose hacia mí y entraba bruscamente a mi habitación.

-Irene: dos cosas.
-T/n: buenos días a ti también.
-Irene: dirás buenas tardes, que son casi las dos.
-T/n: qué pasa?
-Irene: todavía no has cogido el móvil?
-T/n: no. Me he despertado hace no mucho, y entre que ha venido la directora y que me he quedado hablando con Minsung ni me he pispado. Pero justo iba a mirarlo ahora.
-Irene: y a que no sabes con quién se ha ido tu agradable compañera de cuarto?
-T/n: no tengo una bola de cristal, así que dime tú.
-Irene: con Rylie, y bueno, con otras chicas.
-T/n: juramelo. - Dije sorprendida ya que no me lo esperaba. - ¿En qué momento ha ocurrido?
-Irene: esta mañana mientras estábamos desayunando se acercó y la invitó a salir junto con sus amigas.
-T/n: y a ti ni te dijo nada? Que maleducada.
-Irene: no, pero no me importa. De hecho me alivia que no lo hiciera, no está entre mis planes salir con alguien tan desagradable.
-T/n: bueno, a lo mejor sólo es maja con la gente que ella quiere.
-Irene: y al parecer Rylie es una de ellas.
-T/n: mientras sea buena con ella, me alegra.
-Irene: sí. ¡¿Y ahora piensas mirar ya tu maldito teléfono o qué?!
-T/n: qué ya voy. Qué manía le ha dado ahora con que mire mi móvil. - Susurré en bajo, pero al parecer no lo suficiente, ya que Irene me escuchó.
-Irene: mira y calla.
-T/n: a qué no lo miro? Por pesada. - Dije amenazante, aunque en el fondo me estaban matando las ganas de mirar el móvil y ver qué era lo que mi amiga tenía tantas ganas de que viese.
-Irene: vale, pues tu verás. - Respondió, sabiendo que no iba a ser capaz de hacerlo.
-T/n: aishh, me puede la intriga. - Dije ya encendiendo el móvil.