N/A: A lo largo de la historia habrá mucho contenido adulto, por favor, no prosigáis con la lectura si no podéis asimilarlo. Gracias.
Se aburría.
Empezaba a pensar que el último curso de la universidad era más tedioso, y no porque fuese el más teórico ya que se tiraba las horas de clase en los laboratorios o talleres para realizar su proyecto final. No, el problema era que se trataba del último curso. El último curso que se hacía interminable porque se levantaba cada mañana cuando el sol todavía no había salido, se vestía sin despegar los ojos y se plantaba en clase espabilándose con un horrendo café de máquina. Así, de lunes a viernes, de septiembre a junio, durante cuatro odiosos años.
Algunos tenían la suerte de recoger sus libros y marcharse a la biblioteca a estudiar, o a algún bar a jugar a los dardos. Él no era de los que tenían esa suerte. Al terminar las clases tenía que entrenar con el equipo de futbol de la universidad — había accedido a la universidad con una beca deportiva — y después de eso se marcha a hacer de camarero en el turno de cenas del club de golf.
Su familia había tenido dinero. Tiempo atrás. Recordaba la enorme casa en el inmenso bosque de Doncaster... O tal vez solo lo recordase grande ya que él no había sido más que un mocoso la última vez que la vio. Aquella casa había quedado reducida a unos horribles escombros después de un violento incendio cuya causa todavía era desconocida para todos y que se había llevado por delante a gran parte de su familia dejándolo huérfano.
Tampoco es que los buenos tiempos hubiesen nadado en billetes, la verdad, pero en su cabeza se imaginaba una vida universitaria mucho más cómoda que la que estaba viviendo. Gracias al testamento de sus padres, él no podía acceder a su parte de la herencia hasta que tuviese un trabajo y un futuro por delante. ¡La parecía completamente absurdo! Para tener esas cosas primero le hacía falta el dinero, para no tener que estar partiéndose la espalda rodeado de esos ricachones que apestaban a puro, ni tener que rebozarse por el césped helado.
El doctor Ritz pidió un caramelo después de carraspear dolorosamente devolviendo a Louis al momento presente, con su viejo portátil abierto y la pantalla escrita con las últimas notas que había tomado de manera automática. Mientras Camille, su compañera más pesada, ofrecía el caramelo al profesor el teléfono de su bolsillo vibró.
Louis Tomlinson no solía recibir mensajes durante las clases, sobre todo porque sus únicos amigos en el campus universitario de New York eran Zayn Malik y Liam Payn con quien iba al equipo de futbol. El primero estudiaba derecho y el segundo sociología, ambos en puntas diferentes, y ambos con clase a esa misma hora.
No miro el móvil por curiosidad, más bien lo hizo por aburrimiento.
El mensaje le había llegado de un número que no conocía y de un individuo que no tenía foto identificativa. Dudó antes de abrirlo ya que no podía previsualizar el contenido y temió que se tratase de un virus de nueva generación o algo parecido. Presiono el dedo sobre la pantalla seleccionando el mensaje y observo detenidamente el botón de la papelera debatiéndose entre sí eliminarlo o no.
Louis Tomlinson estaba realmente aburrido.
– ¿Quieres jugar? – decía el mensaje bajo una fotografía de una erección.
Al principio Louis se sonrojó. Lo último que esperaría era la fotografía de una polla mirándole a la cara. Luego pensó que se trataría de alguna clase de virus que infectaba el teléfono cuando contestabas. Finalmente, su vena más humana le hizo pensar que tal vez el chico al otro lado se había confundido de numero al guardar el de su ligue y no sabía que le había mandado la fotografía a una persona equivocada.
=Creo que te has equivocado de número.
Escueto y directo, pero sin ser invasivo. Orgulloso de su respuesta regreso sus manos al teclado de su portátil para seguir el ritmo del Doctor Ritz en su discurso, aunque el móvil descansaba en su lado esperando la respuesta.
En cuanto empezó a vibrar, Tomlinson lo desbloqueo sin dejarlo terminar.
– No me he equivocado. Eres Louis Tomlinson– y adjunto una captura de pantalla del perfil registrado en el teléfono donde aparecía la fotografía identificativa de Louis y su nombre.
Volvió a la fase del sonrojo sumándosele a la sudoración.
– Entonces... ¿Juegas conmigo Tomlinson? – apareció otro mensaje.
Continuará...
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CONTROL - L.S
FanfictionOne Direction ---- Larry Stylinson ---- Resumen: Louis Tomlinson estudia ingeniería en la universidad de Nueva York y tiene un trabajo a media jornada como camarero en un restaurante. Entendía su vida como algo normal y rutinario hasta que le llegó...