Capítulo 6

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Cuando Louis salió de su habitación pasaba del medio día y se había saltado las clases. Mandó un mensaje distraído al delegado de su curso con el que compartía algunas palabras de vez en cuando para pedirle que por culpa de la lluvia de los últimos días se había constipado. No solía enfermar, de manera que rara vez había pedido los apuntes a algún compañero lo que hacía que tuviese en su bandeja de entrada varios e-mails con los apuntes de aquella mañana. Le llegarían los que quedaban conforme avanzaba el día.

Arrastró los pies por el pasillo sintiéndose ligeramente protegido por la gruesa sudadera, cubierto por la capucha. Pudo entender entonces la fijación insana de su compañero de piso con el uso de aquella sudadera negra.

No escuchó ningún sonido proveniente del cuarto de Styles y al llegar al salón se encontró con la ropa que había mojado en la ducha, lavada, secada y doblada sobre la mesa redonda para dos personas que rara vez utilizaban cuyo uso original era el de recibir en ella las comidas y desayunos de los inquilinos del apartamento.

Se mordió el labio inferior ligeramente sonrojado y abrió la nevera asomándose por dentro. Tenía hambre y a la vez no tenía ganas de comer, era una situación extraña así que mientras las tripas se revolvían demandantes su mirada viajaba de un alimento a otro hasta finalmente llevar a la nevera sin coger nada más que una botella de agua.

El frío liquido recorrió su interior mientras se apoyaba en la encimera de la cocina sintiendo que aquella hidratación era lo que su cuerpo le había estado gritando desde hace rato. Louis se sobresaltó con el ruido de las llaves introduciéndose en la cerradura del apartamento y, aunque significase quitarse una parte de su protección, se quitó la capucha de la sudadera su pelo revolviéndose el pelo.

Edward apareció por la puerta con un par de bolsas de papel de McDonald's en sus manos, el abrigo negro bien abrochado indicando que el clima exterior era frío, ese look de profesor que tanto torturaba a Louis Tomlinson.

El menor miró un instante al mayor mientras cerraba con el pie la puerta de la entrada. No dijo nada, como siempre. Dejó las bolsas del McDonald's que desprendían un olor delicioso sobre la barra americana de la cocina y se quitó la cartera de profesor que en esos momentos llevaba cruzada por el cuerpo usando una tira, como si fuese un bolso bandolera. Desembarazado de ese peso se quitó también la bufanda y la chaqueta. La camisa negra hizo a Louis temblar.

Tomlinson volvió a beber agua, aunque se sentía incapaz de retirar sus ojos del menor, y menos cuando poco a poco iba quitándose prendas de ropa delante de él. Esperaba por todos los dioses de Antiguo Egipto que no se diese cuenta de lo mucho que le excitaba verle solo una porción de cuello. Mocoso de mierda...

– Siento el numerito de ayer – se atrevió a romper el silencio en el que Styles nadaba.

No le devolvió ni sonido ni mirada, pero el suave asentimiento de cabeza fue suficiente para que Tomlinson se sonrojase. ¿Pero qué mierda le pasaba a su organismo?

Styles dobló la chaqueta para ponérsela en el antebrazo para sujetarla, colocó también la bufanda y colgó la cartera del hombro que correspondía al brazo desocupado.

– Gracias por lo de la ropa y... lo de ayer, Styles.

Otro asentimiento de cabeza que hizo latir su corazón.

Edward cogió con su mano una de las bolsas del McDonald's dejando la otra sobre la barra americana y se dirigió a su habitación. Louis sabía que Styles solía comer en su habitación, incluso cuando cocinaba para los dos, Styles nunca le acompañaba para comer ni disfrutaba del salón abiertamente como si el piso fuese suyo a partes iguales, era como si se sintiese más seguro en su habitación.

CONTROL - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora