Capítulo 5

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Arrodillado frente al falo de goma que colgaba de la puerta del armario sintió que se le revolvía el estómago. No era agradable ni de lejos. Sintió el móvil vibrar en sus vaqueros y, teniendo los auriculares ya conectados apretó el botón de uno de los cables aceptando la llamada con un suspiro.

– Hola – saludó. Aunque no había visto el identificador sabía que era Harry.

– No pareces muy entusiasmado con la actividad de hoy, Tomlinson – reprochó Harry con tono divertido. Sonaba como si estuviese masticando algo.

– ¿Qué comes?

– Dulces. Unos de chocolate con crema de cacahuate.

– A mi compañero de piso también le gustan.

– Lo sé. Te he visto ir a comprarle todo lo que tenía la tienda cerca de tu apartamento – se sonrojó y se sintió culpable a partes iguales.

– Es que me había comido sus Reese's sin permiso.

– La próxima que tengas resaca después de salir con Liam y Zayn procura reponer lo que te zampes.

– ¿Cómo sabes esas cosas?

– Yo lo sé todo. ¿Por qué solo veo las teclas de tu ordenador? ¿Tienes la pantalla gacha?

– Me da mucha vergüenza – subió bien la pantalla del ordenador, apoyado en el escritorio teniendo un ángulo perfecto para Louis de rodillas frente al dildo adherido –. No me siento cachondo, Harry.

– ¿Por qué no?

– Es un puto falo de goma – Harry se río ante su respuesta con la risa más cantarina y perfecta que había escuchado nunca –. Es completamente falso. Supongo que para otras cosas irá de puta madre, pero pensar en meterme esto en la boca... Me da como asquete.

– Esta más limpio que una polla de verdad.

– No me lo recuerdes.

– James Maslow.

– ¿Quién?

– James Maslow. Tiene tu edad. Esta en la carrera de literatura. Se está especializando en literatura francesa del siglo XIX. Pertenece a la hermandad Delta.

– Hostia...

– Sí. Fuiste a su fiesta a principios de semestre. Bebiste más de la cuenta, aunque no estabas borracho y te enrollaste con James. ¿Sabes lo que va diciendo por ahí? Que tiene suerte de conservar la polla ya que no único que podía sentir cuando te la metiste en la boca fueron tus dientes.

Louis se sintió herido y humillado. ¿Tan malo lo había hecho?

– No pongas esa cara, estas aquí para aprender – rió de nuevo.

– ¿Tan mal lo hice? Que se folle la boca de un abuelo entonces.

– No te enfades, Louis. Aprenderás a hacer las mejores mamadas del mundo. Yo voy a enseñarte. Y con el falo de goma es más seguro para mí, digo.

– ¡No te burles! – resopló ligeramente divertido – Pero no creo que pueda hacerlo, Harry. No me pongo en situación. Aunque cierre los ojos, esto no... Es... Meh...

– ¿Sigues teniendo el antifaz para dormir que te regaló Lottie para Navidad?

– ¿Qué? – miró sorprendido la pantalla.

– Ese antifaz para dormir que tiene el dibujito de ojos divertidos y perturbadores.

– Sí... – ¿Cómo mierdas sabía Harry aquello?

CONTROL - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora