Capítulo 9

2.4K 296 301
                                    


Louis se sobresaltó siendo arrastrado a la realidad gracias al sonido de una de las puertas de los armarios de la cocina al cerrarse. No es que hubiese sido un sonido fuerte, pero había sido suficiente como para despertarle. Se había quedado completamente traspuesto en el sofá mientras esperaba a que Edward – también llamado Harry – saliese de su habitación de nuevo, y la espera la había realizado con las entrañables personas de la teletienda que pretendían vender sartenes. En algún momento entre rallar una sartén y arrojarla escaleras abajo, Louis se había dormido.

Apagó el televisor y se frotó los ojos cualquier rastro de sueño de su apariencia. No se había parado a pensar si estaba emocionalmente preparado para enfrentarse al menor, pero sabiendo que estaba a pocos metros de él solo tenía ganas de acercarse.

Styles estaba en la cocina, con el pelo todavía húmedo por la ducha, despeinado, pero cayéndole hacia adelante cubriendo sus cejas. Vestía unos pantalones vaqueros oscuros y una sudadera negra de cremallera, la que le había visto llevar para ir a la compra, abierta por la mitad dejando que viese una camiseta de Star Wars en su interior. Las casi permanentes gafas de pasta negra se deslizaban suavemente por su nariz ya que mantenía la cabeza agachada rebuscando en su caja de cereales de canela y manzana, sentado sobre la encimera sin la intensión de hablarle o mirarle.

El mayor sabía perfectamente que Styles estaba esperando la gran pregunta, que una vez que él descubriese quien estaba detrás del misterioso Harry, todo se iba a convertir en un torbellino de exigencias, preguntas y demandas. A Louis le picaba la gran pregunta contra sus labios.

¿Por qué?

Eso era lo único que quería preguntar.

¿Por qué?

Esas dos palabras lo abarcaban todo.

Se acercó a Styles sin decir nada, se sirvió un vaso de agua y lo bebió con tranquilidad mirando la tensión del menor desde el rabillo del ojo.

–Tengo –titubeó un instante– una pregunta que necesito hacerte.

El menor contuvo la respiración sin darse cuenta, incluso dejó de masticar los cereales secos que tenía en su boca. Ambos esperaban que ese sonoro '¿por qué?' surgiese de los labios de Tomlinson, sin embargo, no lo hizo.

–¿Necesitas la gafas de verdad?

Styles subió ligeramente la comisura de sus labios antes de mirarle por encima de la montura de las gafas con una ceja alzada. Esos ojos verdes, enmarcados por esas enormes pestañas, que ahora le miraban divertido y no insultantes, hicieron que se ruborizase. El menor se subió las gafas con sus nudillos colocándolas en su lugar.

–No es que tenga problemas de vista –explicó–. Trabajo demasiado con pantallas de luz intensa, los cristales de estas gafas ayudan a que la luz no me dañe los ojos demasiado, y además retarda el cansancio y el dolor de cabeza.

–Pero aun así se te escuecen los ojos y te duele la cabeza –señaló Louis.

No era la primera vez que se daba cuenta de las marcadas ojeras en el rostro del menor, ni tampoco en la manera en la que se frotaba los ojos o fruncia el ceño en síntomas de dolor, pero sí que era la primera vez que entendía el motivo. Styles trabajaba demasiado, puede que encerrado en su habitación diese la impresión de vaguear, pero lo único que hacía era trabajar.

–¿Hay algo que quieras preguntarme, Louis?

Solo con su voz, Edward era capaz de provocarle una buena erección, pero Tomlinson sabia como mostrarse a pesar de mostrarse demasiado obvio. Tenía toda la atención del menor en él, a menos de un metro mientras comía cereales desinteresadamente, para mantenerse ocupado, como si supiese que centrándose únicamente en Louis solo conseguiría ponerle más nervioso.

CONTROL - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora