34.

44 12 16
                                    

Un día de mierda más.

Salí de clases de matemáticas (la cuál odiaba con fervor).

Me dirigía hacia el patio, para sentarme SOLA, a pasar el recreo.

Pero me detuve de golpe.

¿Acaso lo que veía era un espejismo?

¿Me había vuelto loca ya?

Ni decir que eran efectos secundarios de una pastilla, porque últimamente no tomaba ni agua.

Pestañeé repetidas veces para verificar que era real.

Y sí, lo era... Allí estabas tú.... De pie frente a mí, con un gran ramo de girasoles, mis favoritos. Detrás de ti, estaban nuestros amigos, sosteniendo una pancarta exageradamente grande, lo que en ella se leía, lo recitaste cuando me acerqué:

Jane, ¿aceptarías ser novia de un idiota apasionado, que te ama con locura, o tal vez sólo está loco, cómo yo?

Quería reír y llorar al mismo tiempo, no importaba si parecía una desequilibrada al hacerlo.

Sonreí tan amplio que mi rostro pudo haberse dividido en dos.

Sí, quiero ser tu novia, idiota apasionado —respondí aún con la gran sonrisa plasmada en mis labios.

Acortaste la distancia, envolviéndonos en un abrazo que me llenó de calidez y tranquilidad, esa que tanto anhelaba.

Te alejaste un poco, pero fue solo para tomar mi rostro entre tus manos y unir nuestros labios en un suave beso que aunque duro poco (por el público, buh), en ese momento calificó como el mejor beso de mi vida, porque fue nuestro primer beso como oficialmente novios.

Novios. ¡Ja! No lo podía ni creer.

Creo que el resto del día lo pasé en una nube de felicidad, vomitando arcoíris.

La última comparación no es muy bonita, pero bueno, se entiende que estaba extremadamente feliz.

My First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora