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Lo que dijiste a continuación puso mi corazón a latir como un loco. Pensé que sufría un paro cardíaco.

—Eres tú. La chica que me gusta. Eres tú. Siempre has sido tú.

Estaba a instantes de llorar de felicidad. Decidí que dejaría las lágrimas escapar, como la llorona que siempre fui y respondí:

También me gustas, desde siempre, sólo tú.

My First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora