My First Love

2.

Semanas después de mudarte, una hermosa tarde soleada, me encontraba sentada en las escalinatas de casa, como de costumbre. Claro, que esta vez un poco más arreglada (por si acaso).

Estaba inmersa en pensamientos tontos, y no me di cuenta que te acercaste, hasta que estabas frente a mí, extendiendo una mano seguido de un:

—Hola, soy Thomas.

Me fijé en ese momento en cada detalle físico de ti, tu abundante y un poco rebelde cabellera azabache. Tus hermosos ojos azules. Las apenas perceptibles pecas en tu perfilada nariz... aprecié cada uno de tus detalles.

Estoy segura de que mi cara en ese momento fue un tanto vergonzosa. Tenía los ojos muy abiertos y el calor en mis mejillas me advertía de un fuerte sonrojo.

Reíste por lo bajo y dijiste que tu brazo se acalambraba.

Salí de mi estupefacción y tomé tu mano.

Fue uno de los momentos más especiales de mi corta vida, no sentí mariposas, estas eran avispas. Mi corazón latía como un loquillo, parecía querer salir de mi pecho.

Tu palma suave, junto a la mía... Se sentía tan genial.

Descubrí que sería una de mis cosas favoritas tomar tu mano, y me propuse que debía hacerlo muy seguido.

Creo que duré al menos un minuto solo fantaseando, no supe que estaba siendo rara solo sosteniendo tu mano hasta que reiste.

¡Ah! Tu risa, mi nuevo sonido favorito. Ese, seguido de tu voz.

Como una tontuela, vergonzosamente sonrojada, respondí:

—Hola, soy Jane.

Dijiste que mi nombre era muy bonito, y estoy segura que me puse del color de un tomate, el sonrojo parecía esparcirse por todo mi cuerpo.

Luego de la peculiar presentación, jugamos a las escondidas, después con tu balón, y al atardecer nos sentamos en la acera preguntando y respondiendo cosas básicas el uno del otro, para conocernos mejor.

Cuando el sol se ocultó nos despedimos y cada uno se fue a su casa.

Esa noche no podía dormir, sólo pensaba en cada momento contigo.

Fue la mejor tarde de todas, una que siempre iba a recordar.

A partir de allí, empezaste a inmiscuirte en mis pensamientos, siendo el primero al despertar y el último al dormir.