11.

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Al día siguiente estaba tan nerviosa. No sabía como confesarte que ahora tenía novio.

Supongo que mi rostro reflejó mi nerviosismo, porque preguntaste si estaba bien.

—Soy novia de Karl.

Fue lo que salió por mi boca. Me arrepentí de decirlo tan crudo, en el instante que empezaste a enrojecer por lo que claramente era enojo.

Estabas tan tenso que una vena se marcó en tu cuello. Pero no decías nada.

Eso, hasta que con la mandíbula apretada, mascullaras algo que ni entendí. Y te alejaras con rapidez de mí.

Quedé atónita de tu reacción. ¿Por qué actuabas así? ¿Por ser un hermano protector? No, esto era algo más.

¿¡Por qué carajos me confundías y lastimabas tanto!?

Con fuertes ganas de llorar, corrí por toda la cafetería del colegio hasta llegar a los baños, si me miraron como una loca, no lo supe, pero tampoco me importó.

Necesitaba drenar con lágrimas todos los confusos sentimientos que me embargaban.

My First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora