6.

60 13 6
                                    

Pasaron los días y estos chicos parecían haberse vuelto parte de nuestra rutina.

Se sentaban con nosotros en la cafetería.

A nuestro lado en clases.

En los recesos, también estaban ahí.

¡Estaba harta de ellos!

Pero entonces, lo noté. Noté tu interés ella.

Nuevamente escuché el ¡crash! en mi caja torácica.

Mi corazón enamorado estaba tan herido.

Decidí entonces que le seguiría el coqueteo a Karl.

Lo hice para estar a la par contigo. Aunque tú no hacías esto con intención de ponerme celosa.

¿O sí? Ya ni sabía.

Se suponía que yo tampoco lo hacía, pero en el fondo, solo quería que despertara algo en ti, verme con alguien más.

Acepté las invitaciones a salir de Karl. Compartimos, y lo fui conociendo.

Empecé a sentir interés por él. Lo que me parecía absurdo porque claramente seguía enamorada de ti.

Pero esa era la diferencia, sentía interés por él, pero, amor por ti.

Cuando te conté sobre mis salidas y mi nuevo interés por Karl. Pensé que enloquecerías.

Y lo hiciste.

Me gritaste un montón de cosas que ni siquiera entendí.

Yo empecé a llorar, y al parecer eso te hizo reaccionar.

Tomaste una profunda respiración y luego me abrazaste.

Murmuraste que te perdonara, una y otra vez.

Lo hice, aunque sabía que no debía hacerlo, puesto que tu extraña reacción no tenía justificación.

Te pregunté porque reaccionaste así añorando que respondieras que fue un ataque de celos, y luego dijeras lo mucho que te gustaba.

Pero las cosas nunca son como las esperamos.

Respondiste:

—Solo estoy actuando como un hermano celoso, queriendo protegerte.

Un hermano...

No sé ni como hice para sonreírte, cuando lo único que quería era seguir llorando.

De nuevo el ¡crash! resonó dentro de mí.

¿En cuántas partes podía se romperse mi corazón?

¿Soportaría yo, que se seguiera rompiendo una y otra vez?

My First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora