Incipiente

Capítulo 15

Me senté en la oficina en mi escritorio. Me esperaba una pila de papeles por actualizar en la computadora.

—Señorita Amy, le traigo su chocolate caliente y un crossaint.

—Claire, te lo agradezco un montón. —recibí el vaso de su mano y el pequeño plato.

—Avíseme si necesita algo.

Los últimos 6 meses pasaron volando. Cambié mi vida de la universitaria a estar entrando a mis veinte sin preocuparme por mirar el precio de algo. La vida de sugar baby junto a Aidan requirió todo mi tiempo, y de a poco abandoné la carrera de enfermería.

Claro que entre regalos y depósitos Aidan no dejó que me faltara nada.

Empecé a entrenar nuevamente en natación, me mudé de departamento y James sale en unos días de su rehabilitación.

Aidan estaba a diario en mi vida, y los sentimientos por él ya completaban todo mi cuerpo y corazón.

Entramos besándonos a a la oficina de Aidan dentro del gran edificio AH. Era de noche, y todos los demás seguían en la fiesta en los primeros pisos del edificio. El que Aidan comenzara a sacarse el saco y la corbata me prevenían de lo que iba a suceder.

El alcohol que Aidan había bebido aún se sentía en su boca. Sus pupilas dilatadas y su melosidad al hablar delataban que sus sentidos no estaban claros.

Me sentó en su escritorio y se envolvió a sí mismo con mis piernas.

—Quisieras tener un hijo mío?

Me largué a reir. En serio que estaba hablando sin la mínima cordura.

—Relájate Daddy.

—Me voy a relajar cuando te miembro el meta.—Dijo y yo reí por su estado alcoholizado.

Me desnudó rápidamente para llevarme hasta el ventanal. Me giró y me hizo agacharme.

Tomó mis pechos y me hizo apoyarme en el ventanal.

—Aidan nos verán!

—Ese es el punto.

El pensar que alguien nos viera y sentir a Aidan tomando dominio de mí me hizo emborracharme de pasión.

Fiestas, reuniones, y a veces una simple cena para luego devorarnos se hizo una rutina que ambos disfrutábamos. Incluso mi piel y mi cuerpo habían cambiado.

—Toc, toc! —Christie vino a la oficina.

—Christie, pasa por favor.

—Qué tal la jornada Amy?

—Todo perfecto.

—Por favor, si puedes terminar esos papeles para hoy me solucionas la vida.

—Cuando te he fallado?

—Me encanta que trabajes aquí.

Claro que terminé todo mi trabajo. El estar tantas horas en la computadora me estaba arruinando la vista. Después de colocarme unas gotas para los ojos, fiché mi salida y me dispuse a ir a la casa de Abi, donde me esperaba el baby shower y la revelación de sexo de quien cruzaba los dedos para que fuera niña.

Me volví una compradora compulsiva. Mi nuevo trabajo más los depósitos de Aidan cambiaron mi vida 360°, por lo que cosa que me gustaba cosa que me compraba.