Cenizas

Cinco.

Cinco. | Hay de holas a olas.

Capítulo dedicado a: biancaio23   ¡Gracias por estar pendiente ❤️!

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TINI.
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25, junio, 2024.

Llevaba exactamente cinco minutos, cinco largos minutos mirando a Sebastián. Estaba a solo un poco de recibir el título de acosadora. Pero me era imposible acercarme, me faltaba valor o más bien palabras.

¿Que se le dice a un ex cuando lo vuelves a ver? Definitivamente debería haber un manual del ex, digo, ¡Muchas personas lo leerian!

Pero sin un manual a mano, camino a la deriva. Si, estoy caminando hacia él, está sólo así que será más fácil, conforme me voy acercando lo hago cada vez más lento y tengo miedo, de hecho es como si Sebastián se transformará en una inmensa ola capaz de arrasar con mi estabilidad.

Odiaba esa sensación.

Tomo una profunda respiración y como la primera vez soy la primera en hablar.

—Hola...

El levanta la mirada, y noto una mezcla entre asombro y tranquilidad.

Un poco parecido a la primera vez.

—Hola Martina.— sonríe y siento que me rompo un poco.—¿Que tal todo?

—Muy bien. —ambos nos quedamos en silencio, y ambos tratamos de llenarlo con intentos fallidos. Al final soy la que dice: —Hace tanto... Es lindo volver a verte.

Muy bien, creo que fui demasiado honesta, por qué el no me responde.

—Si... Te ves bien por cierto.

No sé por qué, pero siento alivio de que no me haya ignorado.

—Gracias, tu igual. — me escucho decir y me avergüenzo al instante.—No, no digo sólo hoy, me refiero a siempre. — Demonios cállate Tini.— osea no siempre no es como si estuviera pendiente de ti.— rayos. Calla.— me refiero a que no eres tan interesante— el alza una ceja— bueno si eres interesante, pero... Ah— ¡¿Que estoy diciendo?! — ya sabes.

Me cortó y su risa me descoloca. Vaya bien hecho Tini.

—Gracias... Supongo.

Niego, regañandome me mentalmente... Y el silencio se hace presente de nuevo.

»—¿Cómo has estado?— Está vez el rompe el silencio.

Y esa pregunta ambos sabemos que no se responde con un simple bien... Pero no puedo, no puedo responder algo más allá de eso por qué le echaría en cara muchas cosas y no quiero eso, no ahora.

—Ha sido todo bien.—Su mirada sigue en mí, como si esperará más, pero cuando ve que no agrego más asiente.— ¿Y tú, cómo has estado?

—¡Perfecto!— ahora me toca a mí, entrar en desconcierto, frunzo el entrecejo.— digo no yo, todo en global. Si si a eso me refiero.