Extra 3

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Extra 3 | Familia.

Algunos años después...

YATRA.

Su risa resuena por toda la casa haciendo el ruido de la hermosa melodía que pude crear, escucho sus pasos acercarse, así que dejó lo que estoy haciendo y me preparo para su entrada.

— ¡Papi, Papi! — grita apenas entra, con una sonrisa abro mis brazos y ella corre hacia mí.

— ¿Que paso, amor? — le doy un beso en la frente.

— Mami dice que la cena está lista.

— Entonces vayamos con mami. — le hago saber e intento bajarla pero se aferra a mi cuello. No discuto más, amo que nos quiera así. — ¿Cómo te fue en la escuela?

— La escuela es aburrida. — hace un pequeño puchero que me recuerda a su madre. — Yo quiero ser cantante como tú y mami.

— Y lo serás Amy, pero para eso tienes que conocer las letras y saber leer. ¿O como piensas que se hacen las canciones?

— ¡Entonces si aprendo a leer puedo hacer música! — chilla felíz.

— Si, cariño. — digo. Pide bajarse cuando llegamos al comedor y corre a la cocina a buscar a su mamá.

— ¡Mamá, Mamá! ¡Maaamaaaaaa! Papá dice que yo seré una gran cantante como ustedes si aprendo leer. ¡Mamaaaaaa! — grita y yo rio.

— Baja la voz Amelia, vas a despertar a tu hermanito. — escucho decir a Martina, justo un segundo después el fuerte llanto de un bebé de ocho meses se hace escuchar.

— ¡Yo voy! — grito.

— Gracias, amor.

Camino por el pasillo y entro en la habitación amarilla y solo verlo ahí, con sus manitas moviéndose y su potente voz hace que me sienta feliz, sonrió.

— Ya, ya. — lo abrazo y su llanto disminuye.— Tu pequeña hermana te despertó ¿No es así? — sus ojitos color miel me miran. — Ambos tienen buenos pulmones, dios, son unos bebés muy gritones. — El hace una mueca y me sonríe dejándo ver esa sonrisa de solo un diente. — vamos a ver a mami.

Lo cargo en mis brazos y bajamos, antes de llegar se puede escuchar la pequeña voz hablando sin parar. Sonrió, últimamente lo hago mucho.

Cuando llegamos, veo como Martina le está prestando atención a la explicación de la pequeña.

— Ya llegamos.— anuncio, ambas me miran y el bebé pide ir con su mamá. — El pequeño traidor prefiere ir con Mami. — digo mientras se lo doy a Martina.

Ella se ríe.

— No le digas así.

— Bueno... — le restó importancia, y me siento, le sirvo su comida a Amelia. — Mañana tengo que ir a la disquera a firmar un contrato...

— ¡Yo quiero ir!

— No puedes ir, Am. Mañana tienes clase... — intercede Martina.

Ella hace un puchero y parpadea a su dirección. Yo reprimo una sonrisa por qué se cómo va a terminar esto.

— ¡Pero yo quiero ir...! — me mira, y sus ojos me roban la atención. — Papi...

Si, ella está jugando sucio y lo sabe. Me giro a Martina que me está dando una mirada fija.

— Ella quiere ir. — le digo.

— ¡Ash! Bien ustedes ganan.

— Siii — gritamos los dos y el pequeño Maez grita también, aunque ni sabe por qué.

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