Cenizas

Veintinueve.

Capítulo dedicado a: francycarolinamonsal esta chica por ayudarme con la escena (+18) los alagos para ella. 👏🏻 Gracias.

Nota: cuando vean este (｡◕‿◕｡)➜ emoji. La escena (+18) inicia, así que si te incomoda leer este tipo de escenas puedes pasar hasta que concluya. (｡◕‿◕｡)➜

Nota2: No contestarte comentarios sobre esa escena ahre JAJAJAJA. *Momento incómodo* todo por ustedes eh... Así que dejen sus votos que las estoy viendo 👀.

29 | El amor debe ser más fuerte.

✨🍴✨
TINI.
✨🍴✨

2, septiembre, 2024.

— ¿No sé supone que yo debo estar nerviosa? — me burlo. Hace más de cinco minutos que llegamos y aún no entramos.

Los últimos días ha estado actuando raro, pero yo me he estado diciéndo que por qué su gira está por comenzar.

— Que graciosa. — me da un beso rápido y se baja para abrirme la puerta. — ¿Y estas nerviosa?

— Un poco. — admito.

— Esperemos que no sea un desastre.

— ¿Gracias? — comento. Él se ríe y me toma de la mano, dandome un ligero apretón que me reconforta.

Subimos por el elevador en total silencio, no es incómodo. Al menos no para mí. Creo que en parte eso es amor, compartir silencios. Pero me olvidaba que hay varios tipos de silencios.

Cuando salimos del ascensor seguimos tomados de la mano, cuando nos detenemos justo delante de la puerta cerrada es cuando siento mis nervios surgir.

¿Cómo se supone que debo actuar?

Por alguna razón esto me emociona de igual manera que me inquieta. ¿Me verán como la chica que le rompió el corazón a su hijo?

— Todo estará bien, Tinita. — me susurra en mi oído y me regala un beso en mi mejilla.

— Eso espero...

No sé porque, pero Sebastián toca dos veces,  aunque este es su departamento y los pasos se escuchan. Tomo una profunda respiración y suelto el aire tratando de calmarme. La mamá de Sebastián habré la puerta, nos sonríe y le sonrió de igual manera.

— Hola, hijo. — lo abraza. — Te estábamos esperando. — cuando se separan, centra su mirada en mí, me siento pequeña, pero por alguna razón ella parece agradarle mi presencia. — Hola, Martina. — me abraza de igual manera. — Que gusto verte. Pasen.

Se hace un lado y entramos. He estado un par de veces en esta lugar, pero es evidente ese aire hogareño que desprende la presencia de su familia. Su papá nos observa en silencio hasta que poco a poco su sonrisa se asoma.

— Hola, hijo... — Sebastián se separa de mi y va a saludarlo. Sonrió más relajada y felíz por él. — Mira nada más quién está aquí.

Oh, no. ¿Se refiere a mi?

Si, eres la única extraña aquí.

Alce mi mano en forma de saludo, muy absurdo de mi parte, así que me acerque.

— Hola. Un gusto volver a verlos.

Ellos asintieron con una sonrisa, no parecían nada incómodos con mi presencia y eso me hizo sentir bien.

Nos sentamos en la cocina, mientras Sebastián les contaban todo lo que había pasado, yo daba mi opinión o comentaba cuando lo veía necesario o cuando Sebastián buscaba mi opinión.