Enzo | Capítulo: Explicaciones
30 DE ABRIL, 2020
–¿A quien llamas? –ignoro la pregunta de Florencia, llevando mi teléfono a mi oreja nuevamente.
Una vez más es el contestador quien responde.
Por tercera vez para ser más exacto.
–¡Santiago, dejá a tu hermana tranquila! –vuelvo mi atención a donde están mis hijos al escuchar el reto de mi ex mujer a uno de ellos.
Mi hijo intenta escribir sobre el yeso recién puesto de Pia y ella se queja con molestia.
–San, anda a jugar un rato a la play al cuarto, deja que Pía descanse –le pido, esperando hasta que lo veo dejar el living para salir al balcón.
Al mismo tiempo que cierro el ventanal a mis espaldas, mi celular suena y la pantalla se enciende avisando de una nueva llamada entrante, mostrando el nombre de Génesis en la pantalla.
–¡Hola! Perdón, no escuché el teléfono antes, ¿Pía está bien? –su inquietud me llega y hasta me hace sonreír un poco, olvidando la discusión que tuvimos horas antes.
–No pasa nada, pensé que no querías hablar y no iba a insistir más –hago una pausa y ella se mantiene en silencio, por lo que sigo– Pía está bien, con un yeso pero bien -contesto a su pregunta.
–¿Un yeso? ¿Tan grave fue? –interroga con preocupación.
Dejo salir un suspiro cansado al recordar las anteriores dos horas dentro del hospital y con una Pía totalmente asustada y adolorida.
–En sí fue una boludez, Santi le quiso enseñar a andar en bicicleta y la largó sola pero apenas duró un minuto por su cuenta. Cayó mal y con todo el peso sobre la pierna izquierda; no se fracturó, es más una fisura en el hueso –le explico, recargandome sobre el barandal del balcón.
–¡Que horror! Pobrecita, es un dolor inaguantable –comenta espantada– ¿Le dieron algo para el dolor?
–Si, le inyectaron algo también pero no me preguntes qué porque de tantas cosas que nos dijeron ya me olvidé, me va a explotar la cabeza –intento sonar divertido aunque lo que digo es totalmente real.
Fueron momentos de mucha desesperación; Pía no paraba de llorar por el dolor y el susto, y no había forma de calmarla. Cómo si eso fuera poco, tenía que aguantar a Florencia reclamandome el no haber estado ahí caundo se suponía que era mi día con ellos.
–Menos mal que no fuí entonces –suelta, llevando mi poco ánimo a la decadencia.
–Génesis...
–No estoy enojada, ahora entiendo que era una situación familiar y que yo reaccioné mal, así que perdón –me interrumpe y cuando termina el silencio se hace entre nosotros.
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Odisea | Enzo Pérez
FanfictionYo no tengo la culpa de que me gustes, la culpa es tuya por tener todo lo que me encanta.