19 DE JUNIO, 2021
Génesis | Capítulo: Revelaciones
Trato de captar disimuladamente la atención de Enzo una vez más, encontrándolo demasiado entrenido con la película que los chicos eligieron y que los tres parecen disfrutar.
Intento lo mejor que puedo hacer lo mismo y concentrarme en lo que pasa en la pantalla frente a nosotros, algo que obviamente no logro al tener mi cabeza totalmente en otro lado.
Desde hace unos días que aterrizamos en Bariloche y nos instalamos en la cabaña que Enzo alquiló no puedo dejar de pensar que no hay circunstancia más indicada que ésta para poder hablar con Santiago y Pía sobre el embarazo.
Es el lugar y el momento perfecto para que pase. Y yo necesito que esto pase ahora, no en Buenos Aires cuando volvamos y no definitivamente dentro de dos semanas cuando Enzo vuelva de la pretemporada.
Necesito decírselos, compartir nuestra felicidad con ellos y hacerlos parte también; no me gusta para nada tener que mentirles cada vez que algún síntoma se hace presente o cada vez que Enzo se preocupa y se pone en modo papá cuida sobreprotector.
Realmente mis expectativas son medianamente altas en lo que a su reacción respecta, aunque no voy a negar que si me genera algo de ansiedad la incertidumbre.
Entre ambos hermanos, Santiago es quien más me preocupa si tengo que ser sincera. Nuestro historial es todo lo contrario al que tengo con su hermana, aunque últimamente nuestra relación haya mejorado casi un cien por ciento no puedo descartar la idea de que no le guste.
Puede aparecer el rechazo como su mecanismo de defensa y en cierta parte entendería si así fuera, un embarazo es algo difícil de digerir y más aún considerando que no viene por parte de su mamá.
–¿Papi, me traes galletitas? –es Pía quien capta la atención de Enzo con un sola pregunta y él abandona la cama dispuesto a cumplir el pequeño mandato de ella.
Al verlo más alejado me levanto también, teniendo la seguridad para enfrentarlo y expresarle mi deseo de darles la noticia a los chicos.
Lo sigo directamente a la cocina, encontrándolo ya abriendo un nuevo paquete de galletitas oreo, las favoritas de Pía.
Él sonríe al sentir mi presencia, dándome una breve mirada sobre su hombro, y con tan sólo cuatro pasos me ubico a su lado.
–¿Santi quiere algo también? –pregunta, vaciando el paquete en un pequeño plato negro.
–No...–murmuro, apoyando mi mano sobre su hombro y descansando mi mentón sobre ésta también, captando así por completo su atención.– Tenemos que decirles, En, creo que es un buen momento.
Sus ojos se mueven hacia mi automáticamente, manteniéndome la mirada durante unos segundos antes de desviarla rápidamente hacia la puerta con nerviosismo y volver otra vez a mí.
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Odisea | Enzo Pérez
FanfictionYo no tengo la culpa de que me gustes, la culpa es tuya por tener todo lo que me encanta.