23 DE AGOSTO, 2021
Génesis | Capitulo: Revelaciones
–La estás agarrando mal –siseo, intentando nuevamente que Enzo me deje ayudarlo a acomodarse mejor con la bebé en el sillón.
Se ríe y niega, finalmente dejándome hacer lo que quiero: acomodar sus brazos y manos como me parece más cómodo para Catalina, haciendo un sobrehumano esfuerzo por no despertarla.
–Tengo dos hijos ya, ¿sabías, amor? –me recuerda irónicamente, divertido con la situación– Justamente cargar un recién nacido es algo que creo que aprendí bastante bien.
Lo ignoro y hago una mueca con mis labios como si estuviera imitando sin importancia lo que me dice, provocando nuevamente su risa.
Sonrío también cuando siento como deja un beso contra el costado de mi cabeza, manteniendo mi mirada puesta sobre la bebé pero recargando levemente mi peso contra el cuerpo de Enzo en un gesto cariñoso.
Escucho la voz de mi cuñada y mi suegra a lo lejos, por lo que en cuanto sus voces y sus pasos se hacen más presentes en el living y su atención se centra en nosotros, Enzo es quién les hace un gesto de que no hagan mucho ruido; hace apenas unos diez minutos que logramos dormir a Cata después de casi media hora de llanto descontrolado.
Automáticamente disminuyen su conversación, avisándonos entre susurros que irían hasta lo de Tati, a apenas un par de cuadras de acá, para buscar el cochecito y el huevito en el auto y volverían en seguida.
Como toda madre babosa, se acerca a su hermano y besa cuidadosamente la cabeza de su hija, despidiéndose. Y aunque no lo admite en voz alta, se nota en su mirada lo que le cuesta despegarse de su nena aunque sea por un ratito, por lo que me veo en la obligación de garantizarle que se queda en buenas manos y que la cuidaríamos lo mejor posible hasta que vuelva.
–Confío en ustedes, tíos –nos asegura, besándola una última vez antes de salir por la puerta junto con Myriam.
Aguanto la respiración y siento como Enzo hace lo mismo cuando Cata larga un leve quejidito, esperando lo peor. Por suerte, es solo eso y en cuestión se segundos vuelve a estar plácidamente dormida.
En esta corta etapa de catorce semanas de mi embarazo podría decir que el haber venido a conocer a nuestra sobrina a poco de su nacimiento, más allá de llenarnos de amor y alegría, nos está sirviendo también un poco de experiencia para lo que se nos viene en los próximos meses.
Si bien sé que cada bebé es un mundo distinto, supongo que de igual manera todos experimentan las mismas cosas en sus primeros días y meses de vida.
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Odisea | Enzo Pérez
FanfictieYo no tengo la culpa de que me gustes, la culpa es tuya por tener todo lo que me encanta.