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22 DE FEBRERO, 2021

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22 DE FEBRERO, 2021

Génesis | Capítulo: Regalos inusuales

Sonrío en cuanto mi teléfono marca las doce en punto de la madrugada y no pierdo tiempo en dejarlo a un lado y lanzarme, literalmente, sobre Enzo.

–¡Feliz cumpleaños, mi amor! Te amo aunque seas un viejito arrugadito –no pierdo la oportunidad de molestarlo como de costumbre además.

Se ríe, agarrando mi mano para acomodarme mejor sobre él y esperando hasta que dejo de repartir sonoros besos por todo su cara y cuello para finalmente corresponder a mi abrazo.

–Gracias hermosa.

Ubico mis manos sobre sus mejillas, a ambos lados de su cara, para por fin llevar mis labios a los suyos y besarlo como corresponde. Siento su sonrisa entre medio del beso, formando también una sobre mi boca que termina por separarnos brevemente.

–¿Te sentis más viejo? –pregunto divertida, pasando distraídamente una de mis manos por su nuca y a lo largo del corto de su pelo.

–Deja de hacerte la viva, pendeja.

Me río e intento alejarme de él cuando siento el recorrido de su mano subiendo desde mi cadera a mi cintura por debajo de mi remera, donde a propósito pellizca sabiendo las cosquillas que eso me provoca.

–No seas malo –pido.

Lucho contra su mano en un intento por alejarla de mi cuerpo los más posiblemente lejos aunque prácticamente cualquier mínimo roce de ésta ya sea suficiente para hacerme reír exageradamente.

Se me ríe en la cara mientras que yo siento que podría desmayarme en cualquier momento de la risa y la impotencia que me genera el no poder sacar su mano de mi cintura.

–Está bien, no sos viejo –logro formular como puedo entre cada risa y cada respiración forzosa que consigo ante la falta de aire.

Para por fin, ganándose un golpe de mi parte cuando diviso la sonrisa de satisfacción mezclada con algo de maldad que se dibuja en su cara.

–Te odio.

Mentira, claramente no lo odio, lo que odio en realidad es que él no tenga cosquillas en ningún lugar y yo no pueda aprovecharme de eso también cuando el siempre lo hace conmigo.

–¿Y mi regalo de cumpleaños? –pregunta como si nada, manteniendo la sonrisita de nene chiquito que tanto me encanta en su cara.

–Por maldito ya no hay regalo –obviamente no pierdo mi oportunidad de hacerme la víctima y molestarlo hasta que me pida perdón.

Obviamente mi exagerada victimización no llega muy lejos cuando Enzo vuelve a besarme y me distrae con ese simple gesto.

–¿Que queres de regalo? –murmuro sobre sus labios, correspondiéndole automáticamente su beso.

Odisea | Enzo Pérez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora