"Los mejores recuerdos viven en nuestro corazón y siguen a nuestra mente, solo debes dejar que hablen"
Susana y Kevin, dos mejores amigos cursan el último año de su preparatoria en el Instituto de State. Ambos tendrán un importante camino que recorr...
Un día como otro, paseando en este instituto, es irónico como un lugar tan simple como una escuela pueda ser un mar de conflictos y situaciones, mientras me quedo observando como todas las personas caminan a mi alrededor, una calma se hace presente, cierro mis ojos un poco y me dejo llevar.
Es increíble lo que había estado pensando hace unos meses, ¿Terminar con mi vida? Soy sólo un estudiante de preparatoria, estoy aprendiendo a sentirme bien, pero realmente no lo valía, no valía la pena haber preocupado a todos de esa forma, haber estado en coma durante un tiempo, haber sido la víctima, me siento culpable, entiendo perfectamente por qué las personas les cuesta tanto estar cerca mío.
Me levanto unos segundos y me dirigo a la entrada principal, no planeo salir, y es que no puedo en teoría, por ésta nueva directora y sus "normas", veo al profesor de teatro unos momentos, luce sonriente como siempre, me acerco y inicio mi conversación.
Hola profesor, buenos días- El se voltea y me mira con una sonrisa curiosa.
¡Hola Matteo! Buenos días, ¿No deberías estar en una conferencia de la psicóloga?- Me pregunta un poco confundido.
Es en 10 minutos, muchas gracias por recordármelo, nos vemos allá.- Digo y me alejo un poco, a mi lado veo al recepcionista del instituto, un viejito muy serio que tiene toda la vida cuidando las salidas y entradas, de pronto la bocina del instituto se enciende y se libera un aviso
(((Recepcionista del instituto de State In, se necesita su presencia inmediata para confirmación de asistencia en conferencia, gracias)))))
Ni mi nombre puede aprenderse esa desgraciada...- Murmura enojado el viejito y camina directo hacia el área de conferencias, el profesor de teatro ya se había retirado.
En esos momentos es cuando veo una extraña hoja volando desde la puerta de vidrio de la entrada hacia todo el jardín exterior, el viento la vuelve constantemente a volar de lado a lado, mi interés crece por asomarme, pero mi miedo a salir es intenso, a medida que observo, tengo seguro que puedo salir sin problema, así que lentamente y con sigilo me dirijo hacia afuera y corro intentando alcanzar la hoja.
Cuando estoy por tomarla, ésta revuela y se pega a un árbol, la tomo con fuerza y me regreso corriendo lo más rápido posible, regreso con discreción a la entrada y después a un sitio seguro dentro del instituto.
Encuentro los baños de chicos y lógicamente pienso en qué puedo entrar sin problema, lo hago y me voy hasta el último cubículo, desdoblo la hoja y observo atentamente:
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Por unos segundos y leyendo esto, mi auténtico rostro se hunde en una intensa preocupación al leer todo esto, sabiendo que lo más importante es resguardar la información doblo en pedazos la carta y camino con total naturalidad hacia la salida de los baños, lentamente intento buscar a Susana, pues podría podría estar espiándome y tengo que actuar natural.
