CUARENTENA - JORI

Día 33

Eran las ocho de la mañana, Tori dormía con el cabello alborotado sobre su rostro y una respiración tan tranquila que casi llegaba a arrullarme.

Yo, por el contrario, estaba sentada en la silla del profesor, con las piernas recogidas sobre mi pecho y el corazón me palpitaba con angustia. Tenía cerca de una hora despierta, sólo observando a Tori dormir.

¿Cómo podía dormir tan cómoda sobre ese par de escritorios?

¿Por qué se quedaba tan quieta todo el tiempo?

¿Por qué ocupaba tanto espacio en mis pensamientos?

Y sobre todo... ¿Desde cuándo?

Hasta donde recuerdo yo me despertaba pensando en Beck, me dormía pensando en Beck, incluso las últimas noches, después de lo sucedido con ese idiota, no podía sacarlo de mi mente.

Pero luego estaba ese otro lado, esa extraña línea de pensamientos que he estado tratando de ignorar pero que terminan emergiendo en forma de sueños confusos. Justo como el que me había despertado esa mañana.

"Vamos Jade, repite después de mí; Tori me desagrada"

"Tori me desagrada"

"Tori definitivamente no me gusta"

"Tori definitivamente no me gusta"

Eso es, todo está en la mente.

Todo está en la mente... La fiesta de cumpleaños, las tardes platicando, la venganza a Beck, nuestro primer beso, nuestro segundo beso, la forma en la que cancelé toda posibilidad de hablar del tema, ella aceptando que me quedara a dormir en su misma aula después de que Beck se colara a la escuela.

Todo estaba en mi mente. Y nunca me había torturado tanto como esa mañana mientras la veía dormir

Era muy confuso tratar de descifrar lo que había en mi interior en ese momento, lo suficientemente confuso como para quitarme el sueño y mucha de mi paz. No entendía en qué momento mi vida había dejado de ser controlada por mí.

En su teléfono aparecieron un par de notificaciones. Sabía que estaba mal, pero me mataba la curiosidad de comprobar si seguía hablando con Joe.

Y si la curiosidad mató al gato... Yo era definitivamente ese gato.

Tori's POV

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a Jade sentada en una silla, mirándome con un semblante extraño.

No supe si asustarme o reír. Podría haber estado planeando mi muerte de tantas maneras mientras dormía, que opté por la primera opción.

- ¿Qué haces? – Pregunté.

- Observo – Respondió ella.

- ¿Por qué? – Me incorporé con cuidado, mirando discretamente a mi alrededor para descartar cualquier anomalía.

Ella sonrió de lado y se levantó, usando el respaldo de la silla para apoyar sus manos.

- Nunca lo sabrás – Dijo.

- Te juro que si volviste a pintar mi cara con marcador permanente... - Me levanté de inmediato y busqué un espejo.

- Jade no hace la misma broma dos veces –

Era extraño despertar y verla en la misma habitación que yo, pero no había podido negarme después de que, como una niña pequeña, trajo todas sus cosas luego del incidente con Beck. Ella no me lo quiso decir, pero sé que se sentía insegura estando sola del otro lado de la escuela.