Día 35

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Jades POV

Esa noche dormí tan bien que parecía que en lugar de sólo una noche había pasado un mes o más. Me costó regresar a la realidad y por un segundo desconocí el lugar en el que estaba, pero después todo regresó a mí de golpe.

Me incorporé de a poco, detallando el ya conocido espacio donde había pasado el último mes de mi vida. Decidí volver a mi aula luego de escuchar a Tori maldecir todo lo relacionado conmigo y mi constante presencia.

No lo quería aceptar, pero algo muy en el fondo de mí dolió y seguí doliendo con el comentario. Condenar tanto el beso que he tratado de ignorar dentro de mis recuerdos y que nos había llevado hasta el punto en el que ahora estamos, no me causaba un sentimiento precisamente alegre.

No entendía por qué, pero no quería que Tori tuviera esas emociones respecto a algo que estaba tan directamente relacionado conmigo. Puede que fuera sólo mi ego, pero comenzaba a ser extraño para mí pues nunca me había importado. Al contrario, solía enorgullecerme de parecerle odiosa y detestable.

¿Qué me estaba sucediendo?

No lo sabía, pero ahora tenía un contrato a mi favor para descubrirlo.

Dicen que; si no puedes con el enemigo, te unas a él y era justo mi plan. Ya no importaba, solo restaban cinco días y si todo acababa mal, simplemente nada había pasado.

Tori's POV

El día treinta y cinco amaneció como cualquiera de los anteriores, excepto que, por la mañana, en lugar de revisar mis notificaciones, lo primero que revisé fue la copia del extraño contrato que me había dado Jade.

- ¿Por qué tienes que ser tan inusual? – Pregunté vagamente con la mirada perdida en las letras del documento.

Estaba perfectamente elaborado y no contenía letras pequeñas. Digno de la hija de un gran abogado.

No tengo idea si eso me tranquilizaba o terminaba de aterrarme.

Mi mente hizo su mayor esfuerzo por entender completamente las clausulas establecidas, pero en resumen y dejando de lado los tecnicismos, tenía entre mis manos un acuerdo que convertiría los últimos cinco días en un mar de posibilidades. Podíamos decir o hacer lo que quisiéramos, si esto comenzaba a causar un conflicto había una frase de seguridad que nos obligaría a regresar al segundo antes de haber dicho o hecho lo que nos estuviera incomodando.

Jade especificó con algunos ejemplos, bastante difíciles de leer, a qué cosas se refería. Y por más que lo leía, no podía creer que esas palabras estuvieran escritas y fueran una posibilidad.

Y al final, si todo quedaba tan terriblemente incómodo que no podíamos si quiera mirarnos, el contrato terminaba en esos cinco días con una sola palabra pronunciada por ambas; "Leave".

Así es, como en un juego. Uno muy extraño en el que, de alguna forma, podías regresar el tiempo.

En mis manos tenía la posibilidad de vivir una aventura y desaparecerla al final. Rebobinar y volver al punto inicial donde lo único que nos quedaba por hacer era saludarnos cada mañana con desprecio y continuar con nuestro día, tan normal como siempre.

Desde luego el contrato también nos impedía hablar del mismo, por lo que no podía contarle nada a Trina quien, básicamente, se alimentaba del chisme.

Me levanté con pesar pues no sabía si estaba lista para enfrentar lo que sea que este contrato fuera a otorgarme.

Las dudas de cómo se suponía debía dirigirme a Jade se disiparon en cuanto nos encontramos en el lugar acordado por ella el día anterior.

CUARENTENA - JORIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora