Día 16

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Tori había desaparecido la mayor parte del día. La busqué por algunos sitios hasta que me harté y me dediqué a cosas más interesantes como forzar los lockers de los de primero para ver qué ñoñerías escondían en su interior.

- ¿Qué diablos haces? – Apareció Vega por fin.

- Reviso lockers – Respondí sin mirar - ¿Dónde estabas? –

- ¿Por... ¿Por qué me preguntas eso? –

- ¿Estás nerviosa, Vega? – Me burlé cuando la miré y su expresión la delataba. - ¿Hiciste algo ilegal? -

- Más que lo que tú estás haciendo ahorita, no creo –

Revisé la basura que había y pasé al siguiente.

- La escuela lo hace de todos modos, para evitar que guardes cosas inapropiadas – Le expliqué – Considéralo como una labor social para hacer de este un mejor lugar –

Ella se recargó al costado y dejó salir un gran suspiro. Parecía cansada, lo cuál me intrigó aún más.

- ¿Qué hacías? – Insistí. – Te busqué por la mañana -

- Sólo... Lo de siempre; ejercicio, música, meditar... -

- ¿Quién se cansa por meditar? – Me burlé.

- Creo que me daré un baño – Se puso en marcha.

- ¿Puedo ver? – Intenté fastidiar.

- No... - Siguió su camino.

- ¡Oye! Espera... - Recordé algo - ¿Esto es tuyo? – Le mostré una sencilla pulsera verde de hilo que había encontrado.

- ¡Si! – Volvió de inmediato - ¿Dónde la encontraste? –

- En el locker de Trina –

- ¡Lo sabía! – Murmuró con los ojos entre cerrados – Esa envidiosa... La gané en una feria porque logré disparar a todos los patitos, en cambio Trina era muy mala, no gano nada y terminó disparándole a mi papá en el pie –

- No pregunté... - Continuaba yo revolteando en los lockers.

- Siempre quiso quitármela porque no soportaba que yo fuera mejor que ella en eso... - Continuó sin importarle mi anterior respuesta – Todo el tiempo supe que ella la tenía, pero no lo quiso aceptar –

La miré con atención antes de hacerle saber de nuevo que no me interesaba su historia.

- Gracias por recuperarla – Me abrazó de pronto.

- ¡Qué terca eres! – Me quejé devolviendo el abrazo de mala gana – Y creo que sí necesitas ese baño –

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- Emm ¿Hola? – Respondió Tori al otro lado del teléfono.

- Buenas noches – Fingí mi voz – Quisiera ordenar una pizza –

- No... Lo siento aquí no es... -

- ¿Le pueden poner gomitas a la pizza? –

- ¿Gomitas? No, esque aquí no es una pizze... -

- También quiero que tenga palomitas de maíz –

Tori guardó silencio un momento y yo aguantaba la risa, habría amado ver su cara.

- Mira no entiendo muy bien esos gustos tan extraños, pero estoy intentando aclarar... -

- ¿Venden refrescos? Porque yo quiero uno de guanábana –

CUARENTENA - JORIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora