Capítulo 4. Rumores

485 70 52
                                    

Antes de las 06:00 de la mañana, teníamos a Altagracia ya lista para salir, si bien su horario comenzaba desde las 07:30 por ordenes de su papá, había llegado recién y no quería que se le enredara todo lo de la confusión del horario, sin embargo no contaba con que su niñita saliera a las 06:20 de la casa luego de haber desayunado tranquila con el periódico en la mano, cuando sus papás bajaron supieron que ella no estaba, Don Aarón ya medio que se esperaba esa jugada pero la verdad pensó que el cansancio se lo evitaría, por lo visto estaba bien equivocado, al final no le quedo de otra que desayunar con su mujer, ya alcanzaría a Altagracia después.

Mientras tanto en el hospital andaba cierto personaje por allí suelto, haciendo de las suyas, había pasado la noche en el hospital pues le toco guardia, antes de ducharse para seguir con sus rondas de la mañana, quiso pasar por un buen café, que conseguiría a una cuadra de distancia, allí preparaban el mejor café, por suerte para esa hora ya se encontraba abierto, los dueños sabían que los doctores vendrían arrastrándose hasta ahí por una dosis de aquel café tan puro y fuerte, mientras el se hacía al gallo por la recepción en dirección a la salida, lanzando miraditas a enfermeras o acompañantes de los pacientes, Altagracia venía entrando con prisa.

El obviamente la noto, pero por la carita que traía la reina decidió dejarla quieta, claro que eso no significaba que no le estuvo viendo el culo a medida que se adentraba al hospital, estaba muy jovencita cómo para ser esposa de alguien pero por cómo andaba vestida parecía alguien realmente importante, por unos segundos pensó que se trataba de una de esas ricachonas que visitaba a la amiga que decidió ponerse de todo, lo cual no estaba para nada mal, sin embargo ya se imaginaba la charla que escucharía cuando se pasara por esos pasillos, chillidos de emoción, chismes y un montón de cosas más, pero dejando de lado al mujeron que ahora mismo esperaba por el elevador, el continua con su camino.

Altagracia encontro su oficina sin problemas, claro que tuvo que pedirle al conserje que le abriera la puerta, su papá quiso jugarle una trampita pero se le olvido que si ella se lo proponía conseguía lo que quisiera, una vez allí dentro encontró la pila de carpetas con todo lo referente al hospital, por suerte tenía a los lados de su escritorio unas cajas, así a medida que leía pondría las carpetas evitando así confundirse, la cantidad de carpetas no le preocupaba, durante su "niñez" podía leer tres libros al mismo tiempo sin confundir la información, terminaría con las carpetas probablemente para las 08:30 e incluso memorizaria todos los protocolos, esto no era nada la verdad, así de tres en tres iban las carpetas a las cajas, desapareciendo de su escritorio.

Mientras tanto afuera el rumor de que el reemplazo de Carolina llegaría esa misma mañana, nadie sabía de quien se trataba, así fue cómo los chismes comenzaron, las enfermeras suponieron que sería un hombre viejo y pasado de kilitos que comenzaría con echarlas a ellas, pues así podrían traer más doctores, subirles el sueldo a algunos, si una historia bien loca pero lastimosamente no estaba muy lejos de lo que normalmente pasaba, mientras que esos rumores llegaban a los residentes que luego se encargaron de hacérselos llegar a los titulares, quienes temían perder sus privilegios, si ya les había costado ganarse a Carolina, ahora debían de idear una nueva estrategia para llegarle al señor ese, cuando llego Rodrigo junto a su padre, ambos pudieron escuchar un poquito de lo que se cuchicheaba en los pasillos, lo cual no les gusto para nada.





- Busquemos a tu hermana ya! -- sentencia -- Debemos presentarla de una vez antes de que esto se haga más grande

- Estoy de acuerdo papá -- asiente -- Vayamos a la oficina, seguro esta ahí

- Yo tengo la llave -- niega -- No pudo entrar

- Papá, ella me ayudaba a abrir tu cajón en donde metías el whisky -- ríe -- Te lo aseguro, esta en la oficina

- Bueno vamos entonces -- suspira





Y si, tal cómo lo había dicho Rodrigo, ahí mismo se encontraba Altagracia leyendo las carpetas, tuvieron que permanecer unos minutos en silencio hasta que ella volteara la última página para poder llamar su atención, sino sería imposible, por eso estaba tan preocupada Carolina, conocía bien a su hija, sabía que cuando comenzaba algo no pararía hasta darle fin, a veces eso jugaba en su contra, luego de recibir un mini regaño por entrar así a la oficina, Rodrigo se encarga de convocar a todos en un área donde no se encontraban tantos pacientes dentro de cinco minutos para presentar al nuevo administrador, pudo sentir el nerviosismo de todos pero entre más rápido se hiciera mejor, ya cuando el plazo se cumplió Don Aarón se posicionó en el medio dando su típico discurso de bienvenida.





- Todos sabemos que mi esposa realizo un maravilloso trabajo para este hospital por ya bastante tiempo -- sonríe -- Por eso respete su decisión al querer jubilarse, claro que antes de eso nos pusimos a buscar a una persona que fuera capaz de manejar el hospital de la manera más eficaz posible -- hace una pequeña pausa -- Por eso, decidimos que nuestra hija menor, fuera la nueva administradora -- extiende la mano hacía la multitud -- Graduada con honores en Yale

- Disculpenlo es que le encanta presumir esa parte -- sale de entre la multitud tomando su mano -- Buenos días damas y caballeros, mi nombre es Altagracia y es un placer comenzar a trabajar con todos ustedes desde hoy -- sonríe 

- Mi hija, estuvo trabajando con empresas muy reconocidas, en tecnología, exportación -- enumera -- Siendo asesora de imagen además de la parte administrativa -- la observa -- Ella no sólo viene a encargarse de las cuentas y presupuestos, nos ayudará a que el hospital sea visto de otra manera

- Exactamente -- asiente -- Constantemente, los hospitales que más influyen son los que tienen una atención médica avanzada, afortunadamente nuestro hospital cuenta con ella -- aprieta leve su mano -- Lo que vamos a resaltar serán los avances en cirugías que antes resultaban muy peligrosas o hasta imposibles -- explica -- Lo que significa que invertiremos en las investigaciones médicas también, comenzaremos a buscar que se nos note por nuestra ayuda humanitaria también, un hospital no debería de atender sólo a las personas que pueden pagarlo por lo que abriremos un nuevo plan para las personas sin grandes recursos e incluso sin ellos pero para eso voy a necesitar de la cooperación de todos ustedes

- Estoy al tanto de los rumores que se esparcieron al rededor de esta hora y media -- dice luego de checar su reloj -- No habrán despidos, bueno a menos que se lo merezcan claro -- bromea -- Pero pueden estar tranquilos que no existe la posibilidad de un recorte de personal, como mi hija ya lo explico, atraeremos inversionistas para conseguir los fondos necesarios para todo lo nuevo que se implementará, con eso creo que ya podemos dar por cerrado este tema, ahora debemos trabajar que el hospital no espera a nadie -- sonríe

- Que rumores fueron esos? -- dice entre dientes en lo que sonríe

- Después te explico -- le resta importancia





Ahí varías personas se acercaron a Altagracia para darle la bienvenida, incluso las enfermeras que empezaron con todo el rumor, una vez pasa aquel momento va a la oficina con su padre y hermano para ponerse al tanto de todos los rumores, ellos esperaban que tal vez se sacará algo de onda pero enves de eso presenciaron un ataque de risa que rápidamente se les contagio también, una vez tranquilos le preguntaron que tan bien veía las cuentas del hospital, comenzó dándoles un pequeño resumen que luego tuvo que resumir mucho más para que ellos dos captaran lo que trataba de decirles, cuando termino se despidió dándoles besos y volvió a encerrarse en su oficina para terminar con las poquitas carpetas que aguardaban sobre su escritorio.

Recuerdos Y PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora