Capítulo 11. Es Estúpido!

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- Un niño muy malo la empujo -- explica

- Estás bien? -- la observa

- Si yo le di su merecido -- mira sus tacones -- Mi mami usa mucho varios iguales a esos -- señala

- Ah pues -- sonríe -- Tu mami tiene muy buen gusto -- se agacha a su altura -- Quieres que te llevemos con ella?

- No esta aquí -- soba su rodillita -- Me esta cuidando mi tío, bueno me abandonó en la guardería pero estoy con el

- Quién es tu tío corazón? -- indaga

- José Luís Navarrete -- rueda los ojos -- Ese menso

- Ah! Ya sé quien es -- asiente -- Bueno el va estar muy ocupado hoy, así que podemos llevarte de nuevo a la guardería -- vuelve a ponerse de pie -- O te quedas con nosotros hasta que el se desocupe

- No quiero volver ahí -- niega -- Los niños me quieren llenar de pintura el cabello y la ropa -- hace una mueca -- Mi mami odia que me ensucie

- Entonces te cuidaremos -- ríe -- Quieres comer alguna cosa? -- le extiende la mano

- Oreos! -- la toma para poder bajarse





Gracias a la tremenda suerte de Altagracia, encontro un paquete de oreos en la maquina expendedora que estaba en aquel pasillo, la chiquita las agradeció y luego se fue con ambos de nuevo a la oficina pero a mitad de camino su bandita le causaba más dolor en la rodilla que el mismo raspón, así que fue cargada por Altagracia, instantáneamente sintió aquella conexión que le había explicado a su estúpido padre, pues aunque ella ya sabía que se trataba de su mamá aún no la sentía como tal, hasta ahora.

Usaba ese mismo perfume que recordaba y sus abrazos se sentían tan cálidos, una pequeña sonrisa se formo sobre sus labios a medida que apoyaba la cabeza en su pecho para estar más cerquita, una vez en la oficina los dos andaban jugando por todas partes, pintaban en las hojas en blanco que ella les había dado, hacían aviones de papel, daban brincos y corrían, cualquiera en un ambiente así se hubiera vuelto loco pero Altagracia disfrutaba escuchar sus risitas, se sentía incluso tranquila, pues su mente no estaba pensando en la soledad de aquella oficina.

Pero al poco tiempo ambos niños quedaron exhaustos de tanto jugar por lo que terminaron dormidos en el gran sofá, se las ingenió para ir por una cobija y taparlos ya que hacía un poco de frío por los aires acondicionados puestos en los pasillos, el frío se metía bajo las puertas con tanta violencia haciendo innecesario prender el que ya tenías en esa habitación pero no podía bajarse la temperatura debido a que tantas personas circulaban por allí, el calor que sale de cada uno de ellos haría algo sofocante esos pasillos, dejando de lado eso, Altagracia se dispuso a terminar con sus obligaciones de aquel día poco después de eso recibió la visita de su hermano.





- Vengo a invitarte a salir de esta oficina para almorzar -- abre la puerta -- Y no acepto un no cómo respuesta -- advierte

- Shhhhh -- lo calla -- Están durmiendo -- señala

- Quiénes? -- entra para luego mirar el sofá -- Por qué tienes a dos niños durmiendo aquí?

- Larguísima historia -- le resta importancia -- Pero no puedo salir a almorzar, se quedaron dormidos hace poquito y no los puedo dejar solos

Recuerdos Y PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora