Parte 44

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Renata compró el vestido más sexy que encontró entre todas las tiendas que visitó y se arregló para cazar a ese hombre que tanto le gustaba, esperando la oportunidad correcta, gran parte de la fiesta estuvo sentada en una mesa con familiares de Carol, mayormente casados. Un tipo llamado Raúl quiso llevarla a bailar en cuanto la vio sola en la mesa pero ella lo había visto besándose con otra chica minutos antes, así como vio a Tim bailando con su gran sonrisa a lado de una güera cuerpo de tabla. Renata deseaba irse de ahí, pero se quedarían hasta el día siguiente mínimo, fue a la barra a tomar unos tragos completamente decepcionada de no lograr que Tim la viera, al terminar su trago se dirigió al baño, pensaba marcharse después al cuarto que le habían dado. Renata salió del baño, tomó la camisa que Tim le había dado, se vistió con ella y fue a la cocina a preparar el desayuno. Él despertó, estaba solo y desnudo en la cama, creyó haber soñado con la bella morena que lo tenía loco hasta que escuchó ruido en la cocina y vio su maleta en el piso sacándole una sonrisa.

El sol comenzaba a iluminar el día y ellos ya habían desayunado y ahora Tim le agradecía cogiéndola sobre la mesa con intensidad, Renata gemía fuertemente con el pecho sobre la mesa. Tim aprovecho la posición y nalgueo fuertemente las duras y firmes nalgas de Renata que chillaba con cada azote, él recordó el vídeo de su hermano y se preguntaba si podría hacer algo así también, pero de momento solo la mordió suavemente en la espalda magreando sus lindas y rojas nalgas. Renata estaba en el cielo de nuevo y gritaba su nombre disfrutando los suaves besos y mordidas a la par de sus fuertes embestidas. Tim esperó a que Renata terminará su orgasmo, estaba decidido a intentar lo del vídeo, ese lindo trasero le provocaba demasiado. Renata descansaba acostada en la mesa mientras Tim movía cosas por la cocina, ella intento ver por sobre su hombro sin imaginar siquiera lo que él planeaba. Tim salió corriendo al cuarto y volvió con algo en la mano muy sonriente, Renata intentaba incorporarse cuando él recargo su mano sobre su espalda suavemente para que no se moviera de su posición.

- espera ahí linda, no te muevas - susurró Tim en su oído, acercando las cosas que había juntado y plantándole unos besos en el cuello acariciándola un poco al terminar de acercar lo que había dejado a su costado.

Renata confiaba plenamente en Tim, así que se quedó quieta recargada en la mesa disfrutando sus besos y caricias, él comenzó a besarla desde el cuello hasta las piernas con delicadeza, deslizando las yemas de sus dedos por todo su cuerpo muy suavemente, la calentura no lo había dejado recorrer todo su cuerpo con tranquilidad así que aprovecharía el momento. Renata estaba siendo explorada tan delicadamente, su piel se mantenía erizada con los suaves besos y roces que Tim le otorgaba produciéndole deliciosos escalofríos, él fue subiendo entre sus piernas poco a poco, encontrando los puntos más sensibles de Renata, uno justo detrás de las rodillas, otro en la cara interna de su pierna izquierda y una pequeña área justo al empezar sus nalgas. Tim mordisqueaba las duras y morenas nalgas con cierta pasión, arrancándole gemidos a ella por la experiencia, llevo sus dedos a masajear los húmedos labios vaginales de Renata mientras su boca seguía saboreando la tersa piel de su amada. Él llevo sus dedos a recorrerlos suavemente para terminar sobando su hinchado y protuberante clítoris, Tim dejo a su pesar de morderle los glúteos para seguir subiendo a besos por su espalda. Ya había recorrido su suave espalda y sabía de dos puntos sensibles más, igualmente los beso y mordisqueó como si no supiera pero poniendo énfasis en esas áreas. Renata estaba muy excitada, nadie la había explorado con esa delicadeza y paciencia.

Tim no dejaba de acariciar su clítoris y labios, humedeciendo sus dedos, llevo dos de sus dedos en las profundidades de la cálida vagina de Renata para esparcir sus jugos por el exterior, lubricando hasta sus pompas con mucho cuidado. Renata movía sus caderas intentando acercarse al duro pene de Tim que le rozaba la pierna cada tanto, pero él igualmente se movía para evitarlo con una sonrisa en el rostro. Él retiro una de sus manos para ponerse un condón con cierta dificultad pero continuaba metiendo sus dedos y mojando toda la entrepierna de Renata con sus labios postrados en su espalda.

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