Parte 2

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Carol bajo a cenar en familia para después estudiar un poco antes de dormir. Ella era oficinista en un banco, pero estudiaba cursos varios los fines de semana, ella pagaba las cuentas de casa ya que su padre se había jubilado por un accidente laboral y su madre era ama de casa, su hermano y cuñada apoyaban con un poco, pero el sostén económico principal era ella. Por eso cuando aviso que iría a ejercitar su familia se sentía feliz que hiciera algo que le ayudará a sacar todo ese estrés. Carol odiaba su trabajo, debía usar un traje azul marino con la falda a la rodilla, algo ajustada, una blusa verde limón con volados en el pecho, y zapatillas azules, se aburría horrores ahí, pero era el único trabajo que había conseguido cuando su padre tuvo el accidente, ya tenía unos años ahí y el pago era bastante decente en comparación a otros lugares, soñaba a ratos con tener una tienda propia, pero no imaginaba que vender, deseaba viajar por el mundo, montar a caballo o hacer cualquier cosa menos estar metida detrás de una computadora por 8 horas, está vez estaba en su momento de pensamientos cuando la imagen del trasero hipnótico llegó y la incómodo por un buen rato, el día se le fue muy rápido y cuando se dio cuenta ya estaba en el gym de nuevo, vistiendo una playera azul holgada más larga que la primera, sobre un pantalón deportivo ajustado azul marino y líneas amarillas cruzando sus piernas y sus tenis negros con fiusha.

- Buenas tardes - le hablaba a Daisy que se encontraba distraída bajo el mostrador.

- ¡Hola!, buenas tardes, Tomás está en las regaderas, esperarlo cerca de ahí, no te lo vayan a ganar – dijo Daisy guiñando un ojo.

- gracias Daisy – respondió Carol amable y se encamino hacia las regaderas pero ahora prestando atención a las cuerdas fijas en el piso, pronto estaba justo frente a las puertas y miraba todo su alrededor, viendo algunos chicos atractivos haciendo pesas con playeras que mostraban todos los brazos marcados cuando la puerta de las regaderas se abrió.

- Hola, ¿Caro? - le dijo Tomás a Carol con un poco de vergüenza por no recordar su nombre.

- Carol, hola - contesto ella seriamente.

- disculpa Carol, disculpa mi demora, a esta hora suelo terminar mi ducha después de ejercitar – admitió Tomás agachando la cabeza sin dejar de verla.

- no te preocupes, puedo esperar un poco - sonrió Carol amable.

- bueno comencemos con el calentamiento - comenzó a caminar Tomás.

Tomás le tenía una rutina diferente a Carol para cada día de la semana, estaba siempre atento a que ella realizará los ejercicios bien y se subiera adecuadamente en los distintos aparatos a pesar de las constantes chicas que lo saludaban o buscan repegarsele mientras miraban con cierto odio a Carol, ella por su parte decidió dejar de prestarles atención y en momentos su mirada se perdía al frente sin dejar de ejercitar, también cada tanto se tropezaba o caí sobre Tomás por ir distraída en su trasero. A veces esperando a que Tomás saliera de la ducha algún chico se acercaba a platicar con Carol, hasta que veían a Tomás salir de la ducha, ella no coqueteaba con nadie y a veces notaba una mirada triste por parte de Tomás, pero siempre mostrando su linda sonrisa.

Un mes había pasado, Carol asistía solo entre semana, era viernes, el gym había avisado que el sábado no tendrían instructores pero estarían abiertos, lo cual era extraño para Carol, ella no iba los sábados, pero se preguntaba porque el aviso.

- Hola Carol - dijo Tomás con su bella sonrisa.

- Hola, disculpa, ¿por qué no habrá instructores mañana? - pregunto Carol muy curiosa.

- ¡oh! es que habrá un evento para físico culturistas mañana - contesto Tomás seriamente.

- ¿tú también participarás? – Carol lo miraba sorprendida.

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