Parte 28

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- ¿así que comeremos en silencio?, no me gusta esa idea, les contaré una historia ¿va?, había una vez una Tonti que se fijó en un gorila, disfrutaba de su compañía y todo, al rato la pinche Tonti andaba haciendo pendejadas por qué era bien pinche caliente, y tal vez por despecho - declaró Luis antes de comer un bocado.

- el gorila era igual o peor de tonto que la tonti y pues le pasaba todas sus mamadas, la Tonti se puso pendejita con que "somos de mundos diferentes" – Luis haciendo una voz chillona - y se alejó del gorila pero solo pensaba en él día y noche, al final llegó un súper héroe llamado " la pulga increíble" les dio sus cachetadas a los dos y los dejo siendo felices - terminó Luis y se dispuso a comer.

Carol estaba completamente sonrojada y Tomás que había prestado atención a todo solo los veía atentamente sin decir palabra alguna. - ¿es verdad? - cuestionó Tomás a Carol en voz baja.

Carol sonrojada ignoraba a Tomás mientras devoraba un bocado de su comida.

- Te amo Carol, no puedo seguir sin ti a mi lado, no me importa que deba hacer pero eres todo lo que quiero en mi vida - confesó Tomás bastante avergonzado.

Carol intentaba no verlo, pero algunas lágrimas brotaban de sus ojos, Luis había terminado de cenar, se paró de la mesa y fue a pagar la cuenta, minutos después volvió con ellos, Carol seguía igual de reservada y Tomás solo la miraba desde su lugar sin saber que más podía hacer para que ella lo mirara al menos.

- se nos hace tarde, vámonos ya - señaló Luis enfadado. Ambos se apresuraron a terminar de comer para salir del restaurante, Luis tomó del brazo a Carol con firmeza para evitar que escapará y Tomás los seguía caminando detrás bastante cabizbajo.

- Estarás castigada muchachita - advirtió Luis enfadado, paró un taxi y subieron los tres en este, Luis le dio la dirección al chofer que los llevo directo a su destino. Tomás solo veía a todos lados, bastante sorprendido al ver a donde estaban entrando, Carol absorta en sus pensamientos no se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor, Luis ayudo a que Carol bajara del taxi aún en trance y pago todo, los tres subieron las escaleras al cuarto. Tomás seguía sin entender, Carol cayó en cuenta de donde estaban hasta que vio una cama arreglada en el fondo del cuarto, a donde Luis se estaba dejando caer.

- ¿qué hacemos aquí? - cuestionó Carol enojada.

- vinimos al show querida - declaró Luis sonriendo maliciosamente.

- ¿qué show?, esto es un motel - observo Carol acercándose a él.

- les dije que vendríamos a la ópera, solo calla y presta atención - manifestó Luis sonriendo orgulloso, apuntando a las paredes. Se escuchaban los gemidos de placer de los cuartos vecinos. Tomás lo veía sorprendido, no entendía si acaso era una broma.

- Luis ¿qué rayos te pasa? - demando Carol enojada frente a él. Luis se paró de la cama, la vio entre cerrando los ojos y luego le pegó una cachetada a Carol, Tomás se acercó para detenerlo si se atrevía a tocarla de nuevo puesto que no esperaba hiciera eso.

- déjate de pendejas Carol, ya me tienes cansado, no te quiero de vuelta en casa si no es para llevarte tus cosas e irte con él, más te vale que cojan rico por qué yo hoy no pude por tus mamadas - manifestó Luis que tomo rumbo a la salida pasando junto a Tomás que aún no sabía lo que sucedía con él.

Tomás estaba junto a Carol que lloraba y sobaba su mejilla ahora sentada en la cama. Tomás no sabía qué hacer, se sentía realmente incómodo cuando Luis salió del cuarto azotando la puerta.

- ¿estás bien? - atinó a preguntar Tomás preocupado por Carol.

- sí, hemos tenido peores discusiones - contesto Carol sin verlo.

EjercícioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora