Parte 20

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Tomás despertó el sábado temprano y como cada sábado fue a trabajar al gym un rato, por las mañanas siempre había poca gente, era cuando entrenaba Tomás, a las 10am aproximadamente los clientes empezaban a llegar. Raúl y James llegaron tarde ese sábado, había poco que hacer, buscaron a Tomás que estaba acomodando las pesas de unos aparatos que habían dejado mal colocadas.

- Hola Tommy – saludo Raúl.

- Hola, ¿qué tal? - saludo Tomás de mano a ambos con una sincera sonrisa.

- nos abandonaste vato - reclamó James seriamente.

- Raúl estaba muy ocupado y no te vi por ningún lado, mejor me fui - contesto Tomás.

- necesitaba tu ayuda Tommy, la otra nos aguó la fiesta- explicó Raúl.

- no era mi tipo, lo siento - contestó Tomás honestamente.

- eso es cierto - confirmó James a lo que los otros dos se le quedaron viendo - bueno, yo solo digo que no estaba tan buena - recordando su promesa de no hablar sobre algo.

- Vamos Tomás, ¿eres soltero o no? - preguntó Raúl checando que no hubiera nadie cerca.

- sí, ¿y qué? - contesto Tomás seco.

- hoy por mí, mañana por ti - expuso Raúl con una pícara sonrisa.

- yo no puedo ayudarle, Margarita es mi mundo - declaró James ilusionado.

- no puedo ayudarte con eso Raúl - sentenció Tomás serio.

- vamos, ayer la pasamos bien ¿o no? - preguntó Raúl con una sonrisa.

- sí pero no puedo - afirmó Tomás.

- no me digas ... - James se cubrió la boca intentando acallarse.

- ¿qué?, ¿qué sabes tú qué no me dices?, ¿así te llamas mi amigo? – cuestionó Raúl empujando a James.

- solo descubrió que mi labio había sido roto por una fiera - aclaró Tomás sonriendo. Raúl se les quedó viendo a ambos dudando de lo que decían. Tomás volteó a ver alrededor, había un solo cliente en el piso, muy lejos de ellos.

- tenía otras marcas corporales, fue una mujer que aún no recuerdo - confesó Tomás pensativo.

- estás loco, esas son peligrosas para nuestra profesión - recordó Raúl exaltado.

- no importa, ya les dije que aún no sé si continuaré en eso - recordó Tomás.

- pero ¿puedes ayudarnos a mejorar? - preguntó James.

- claro, pero deberán cambiar su dieta también - sugirió Tomás sonriendo.

- todo sea por los resultados - dijo Raúl resignado.

- iremos de nuevo hoy ¿quieres ir con nosotros? - cuestionó James.

Tomás pensó en la posibilidad de volver a encontrar a Fanny, - claro, debemos intercambiar números por si pasa lo mismo hoy –

- nos vemos antes de que te vayas, debemos reponer horas - anunció James.

- ya no tardan en llegar, no quiero problemas con Daisy por haraganear de nuevo - declaró Raúl riendo.

Los tres se dispersaron para cumplir con su trabajo, Tomás pensaba en Carol todo el tiempo, pero deseaba repetir su encuentro con Fanny, tal vez con ella podría ser diferente. Tim despertó, Carol seguía a su lado durmiendo, se veía hermosa con sus pequeños rizos en el rostro, deseaba volver a poseerla pero ya no tenían condones. No podía creer lo que había hecho anoche, había tenido varias novias y amiguitas pero ninguna lo había amarrado o enervado tanto, siempre le pedían ser suave, lento y el hacia todo el trabajo. Anoche Carol había sacado otro lado de él que no conocía y disfrutó mucho más que otros encuentros, se alegraba de haberla hecho su novia, Tim salió de la cama con cuidado y se dispuso a hacerle el desayuno.

EjercícioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora