Parte 32

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Tomás fue cerrando sus piernas por debajo de ella, a la vez que guiaba las caderas de Carol para que entrara y saliera con gran frecuencia. Carol pellizcaba sus pezones o clítoris a placer, ya que Tomás tenía las manos ocupadas, ambos sentían el fresco de la noche en contraste al calor de la fogata a un costado de ellos. Los sonidos de la naturaleza se escuchaban en las cercanías, pero callaban por momentos, cuando los gritos de Carol resonaban por el lugar debido a que estaba teniendo un orgasmo intenso, mojando el pantalón y bóxer de Tomás. Él espero que Carol dejará de convulsionar en su éxtasis para cambiar de posición, ambos habían acordado una rutina, probar todas las posiciones posibles sin repetir a menos que uno de los dos lo pidiera. Carol termino de gozar, con cuidado se levantó del durísimo y húmedo pene, sentándose a un costado de él. Tomás se sacó la ropa interior y los pantalones ya mojados y los junto con la otra ropa que se habían sacado, tomó a Carol del brazo izquierdo guiándola para que se subiera sobre él ahora de frente. Carol no quería esperar más, se acomodó frente a él, recargo sus manos sobre sus hombros mientras bajaba sus caderas guiadas por Tomás que también enfilaba su pito. Él movió su pene para acariciarle los labios y el clítoris suavemente antes de volverla a penetrar, Carol se aferraba a su boca en un beso mordelón.

Tomás apunto a su objetivo y ella solo se deslizó suavemente llenándose de él, cuando ambos vientres chocaron, él volvió a tomarla de las caderas firmemente, después subió sus manos suavemente acariciándole la espalda. Carol lo tomaba por el cuello y su cabello pasándole las uñas por la espalda y pecho. Tomás dejo de morderle la boca para devorarle el cuello y llegar a sus pechos, donde se prendió de sus deliciosos y duros pezones, con sus manos los juntaba para intentar meter ambos en su boca sin éxito. Carol era quien tenía que moverse, aumentaba o disminuía a su gusto en las embestidas o moviendo sus caderas a placer, intentaba llevar un trote constante pero con las mordidas de Tomás aceleraba repentinamente. Él quería más de ella, así que tomo a Carol de las nalgas con fuerza y la hizo dar de sentones más rápido sin dejar de lamer o morder el cuerpo de Carol. Ella estaba en el cielo de nuevo y se dejó ir por el placer mojando de nuevo el vientre de Tomás que seguía pidiendo guerra.

- acuéstate boca abajo amor - indicó Tomás con voz sexy y excitada.

Carol tenía las piernas cansadas para ese momento, con dificultad se paró y se acomodó junto a Tomás como él se lo había pedido. Tomás se dirigió a la tienda de campaña, regresó con un bote de lubricante y el dildo favorito de Carol, era tan grueso como su pene, con un diseño de relieves circulares en toda su extensión además de tener un modo vibrador. Tomás lúbrico el dildo y embadurnó el ano de Carol suavemente, Carol levantaba su trasero para permitirle trabajar a gusto confiando plenamente en él. Tomás se acomodó sobre Carol, había dejado el dildo a un costado de ellos, Carol esperaba con las piernas abiertas y un brazo bajo su rostro recargado en el piso. Tomás deslizó su duro pene desde las nalgas de Carol hacía su clítoris, golpeando este último un poco, para después llenarle el vientre a Carol de un empujón.

- aaaahhhh - gemía Carol que amaba sentirlo.

Tomás comenzó a moverse con fuertes embestidas moviendo sus caderas al mismo tiempo, Carol que ya estaba sensible se humedeció de nuevo. Tomás siguió dándole duro y su pene salió de golpe, lo dirigió al ano de Carol y empujó fuertemente, Carol levantaba sus nalgas ayudándole a entrar. Tomás podía entrar fácil hasta la mitad de su miembro y de ahí tuvo que embestirla fuertemente, en tres empujones más había logrado chocar su vientre contra el trasero de Carol. Ella gemía suavemente en el piso, ahora disfrutaba de hacerlo por ahí también, Tomás apretujaba una de las pompis de Carol cuando comenzaba con su vaivén. Él estuvo dándole duro a ese estrecho culo y entonces tomó el dildo, con cuidado lo acomodó en su vagina y comenzó a penetrarla.

- espero no sea el de bolitas - postuló Carol intentando ceder a la doble penetración.

- es tú favorito - susurro Tomás con su pícara sonrisa.

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