11 de Febrero
—¿Has metido los platos y los cubiertos reutilizables en la mochila? —le pregunté a Changmin.
—¡Sí, señora! —me respondió, haciendo un gesto militar.
—Tomad, no os dejéis las servilletas —nos dijo Chanhee, dándonos el paquete de servilletas blancas.
—¿Seguro que no quieres venir? —le preguntó Changmin a Chanhee.
—No, tengo algunas cosas que hacer —negó Chanhee con la cabeza—. Además, esto es una costumbre vuestra, no voy a meterme en medio.
—No digas tonterías Chanhee, tú no te metes en medio —dije, dándole con las servilletas en la cabeza.
—¡Ay! Eunbi, eres una bruta —se quejó Chanhee, frotándose la frente con la mano.
—Ni siquiera te he dado tan fuerte, quejica.
—Bueno, niños, dejad de pelear ya —dijo Changmin, extendiendo los brazos para separarnos.
—¿Cómo qué niños? —pregunté, haciéndome la ofendida.
—Era una broma —respondió Changmin, depositando un beso sobre mi mejilla—. Venga, vámonos ya o no llegaremos nunca.
—Está bien —dije, soltando un suspiro mientras recogía la neverita portátil—. Chanhee, si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarnos.
—Sí, sí, me ha quedado claro —dijo Chanhee, empujándonos hasta la puerta—. ¡Pasadlo bien!
Hacía un día muy bueno, a pesar de que era pleno febrero y la temperatura era bastante fría, habíamos tenido suerte. Con lo que no tuvimos tanta suerte fue con el tráfico, ya que tuvimos que tomar un par de buses para llegar hasta el río Han y la lentitud con la que se movían los vehículos nos retrasó un poco. Había gente paseando por la ribera del río, montando en bicicleta o simplemente sentados en el césped. Changmin y yo tendimos el mantel sobre el césped y colocamos nuestras cosas encima; Changmin sacó los envases de comida de la nevera y unas botellitas de zumo de piña, y yo saqué algunas servilletas y los cubiertos.
—Sorpréndeme Changmin, ¿qué has preparado para hoy? —le pregunté, observando con curiosidad las cajitas de plástico transparente que había sobre el mantel.
—Pues he traído kimbab y algunos sándwiches, arroz, unos dumplings… —Changmin me enseñó todo mientras lo iba diciendo—, y como sé que te gustan mucho, de postre tenemos cerezas.
—¿Qué? No me lo creo… ¿De verdad has comprado cerezas? —le cuestioné, incrédula. Changmin me mostró una caja de pequeñas frutas rojizas, pero aun así no salí de mi asombro—. No tenías que haberte molestado, Changmin, ya sabes que la fruta está muy cara últimamente.
—Esta es una ocasión especial Eunbi, hacía mucho tiempo que no hacíamos nada tú y yo, además son tu fruta favorita —respondió Changmin con una sonrisa.
Eres un cielo…
—Oh, y para qué no nos aburramos después de la comida, he traído el Uno —dijo Changmin, sacando la caja de cartas coloridas de la mochila.
—Sabes que se me da fatal jugar al Uno, Changmin —contesté haciendo un puchero—. Tengo muy mala suerte.
—También hay que saber jugar con estrategia, Eunbi. Todo está en tu cabeza.
—Tú lo único que quieres es ganarme para luego poder burlarte de mí y de mi mala suerte.
—Claro que no, yo no sería capaz de hacer eso —dijo Changmin, haciéndose el ofendido. Arqueé una ceja y Changmin cambió su expresión por una sonrisa burlona—. Bueno… quizás un poco sí.
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Febrero {Q/Ji Changmin}
Fanfiction«Enamorarse de tu mejor amigo, mala idea. Eunbi lo sabía, pero no podía evitarlo. Y tampoco quería... aunque eso la destruyese por dentro» *Historia Original *No se permiten copias ni adaptaciones.