Febrero {Q/Ji Changmin}

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18 de Febrero

Parte 1

Organizar una maleta siempre me había parecido complicado. Cuando era pequeña, mi madre se encargaba de decidir que cosas llevaba y que no, pero al tener que hacerlo yo sola sentía que todo era un caos y al llevar una maleta pequeña, tenía que pensar muy bien que era lo que necesitaba llevar. Tuve que colocar y descolocar mi equipaje unas cuantas veces, pero al final conseguí organizarme y tuve tiempo para revisar todo con meticulosidad. Tenía la idea de que solo estaríamos un día, pero por lo visto el padre de Chanhee había insistido en que nos quedásemos un poco más y que visitásemos Jeonju, aunque estaba segura de que eso sólo era una excusa para poder pasar más tiempo con su hijo. Para llegar a Jeonju teníamos que ir a la estación de Yongsan y coger el tren de alta velocidad, así que íbamos a tardar una hora y media aproximadamente en llegar hasta allí. Teníamos pensado comprar los billetes entre los tres, porque Changmin también venía con nosotros, pero el padre de Chanhee se nos adelantó. Fue muy amable por su parte, pero me hacía sentir un poco mal, como si estuviésemos abusando de su hospitalidad. Teníamos que subirnos al tren a las once de la mañana, por lo que habíamos tenido que levantarnos pronto para prepararnos para el viaje.

—¿Seguro que lo lleváis todo? —nos preguntó Chanhee, que estaba esperándonos en el salón apoyado sobre el respaldo del sillón—. No tenemos tiempo para hacer grandes cambios.

Repasé una vez más en mi cabeza todo lo que había metido en mi pequeña maleta de color morado y asentí con la cabeza, Changmin salió de su habitación con su maleta blanca, mientras miraba el teléfono.

—Ya he pedido un taxi para que nos lleve a la estación de Yongsan —nos avisó Changmin.

—Bien… —dijo Chanhee, soltando un suspiro, se veía que estaba muy nervioso.

—Todo va a ir bien Chanhee, ya lo verás. Además, tu padre tiene muchas ganas de verte —le dije, poniendo mis manos sobre sus hombros—. Changmin y yo vamos a estar todo el rato a tu lado, así que no tienes que preocuparte por nada.

—Lo sé, pero aun así no puedo evitar estar de los nervios, ha pasado algún tiempo desde que vi a mi padre —respondió Chanhee, mordisqueándose las uñas—. No sé si podré mirarle a la cara, casi no le he llamado en todo este tiempo.

—Estoy seguro de que tu padre lo entenderá, Chanhee —le aseguró Changmin, con una sonrisa cálida.

El taxi no tardó mucho en venir a buscarnos, hacía un día claro y el cielo estaba despejado, aunque el aire era bastante fresco, por lo que se agradecía llevar ropa gruesa. Nos pilló algo de tráfico por el camino, pero llegamos a la estación de Yongsan con tiempo, la cual estaba repleta de gente yendo de un lado a otro con mucha prisa. La estación era inmensamente grande y había tiendas mirases donde mirases, nos tiramos un buen rato siguiendo carteles indicativos y recorriendo pasillos interminables, hasta que dimos con nuestro andén. Me había tocado sentarme al lado de Chanhee, que escogió el asiento pegado a la ventana, y Changmin se sentó delante de nosotros, con un señor que estaba leyendo el periódico. Dejamos nuestras maletas en los compartimentos que había sobre nuestras cabezas, como ya no tenía que preocuparme de nada más durante una hora y media al menos, me dejé caer sobre mi asiento. Estaba un poco cansada, pero no lo suficiente como para quedarme dormida, así que me puse los auriculares y empecé a escuchar música. Al girar la cabeza hacia mi izquierda, vi que Chanhee se había quedado dormido, ni siquiera estaba segura de que hubiese podido pegar ojo por la noche, parecía estar cansado. Me incliné un poco hacia delante para comprobar que estaba haciendo Changmin y resultó que él también se había quedado dormido, al igual que el señor que estaba a su lado, que dormía con la boca abierta mientras hacía extraños sonidos guturales. Me pasé casi todo el trayecto mirando por la ventana, exceptuando un rato en el que tuve que ir al baño porque mi vejiga no aguantaba más, y cuando volví, Changmin parecía estar medio despierto.