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28 de Febrero

—Changmin, ¿estás seguro de que vamos en la dirección correcta? —le pregunté, mientras miraba las paradas de metro, ya que no tenía ni la menor idea de a donde me estaba llevando.

—¿Es que no te fías de mi sentido de la orientación, Eunbi?

—No es que no me fíe, Changmin, es que tengo curiosidad por saber a dónde vamos.

—Ya te dije que era una sorpresa, si te cuento a donde vamos, dejará de serlo —me dijo Changmin, con una sonrisa burlona.

Changmin se había comportado de forma extraña estos últimos días y cada vez que le preguntaba, me ponía alguna excusa inventada en el momento, pero le conocía demasiado bien como para que aquello funcionase conmigo. También solía ponerse a cuchichear con Chanhee, pero cuando entraba yo, cambiaban de tema. ¿Qué tramaba Changmin? Aquella tarde había muchísima gente en el metro, así que íbamos bastante apretados y eso me agobiaba mucho, por suerte, había un ambiente tranquilo en el vagón. Algunos jugaban a algún videojuego en su teléfono o escuchaban música, otros leían un libro y había algunos que incluso se habían quedado dormidos...

—¿Te encuentras bien? —me preguntó Changmin, que parecía haberse dado cuenta de que estaba un poco sofocada.

—Sí, estoy bien.

—Lo siento, no pensé que habría tanta gente —Changmin se pasó la mano por la nuca—. Aunque debí habérmelo imaginado... Pero ya casi hemos llegado. ¿Crees que podrás aguantar un poquito más?

Asentí con la cabeza y Changmin me mostró una amplia sonrisa, mientras agarraba mi mano. Cuando por fin nos bajamos del tren, miré con curiosidad los alrededores, pero estaba totalmente desorientada. Por más que buscaba pistas en los edificios y en los carteles que había por la calle, seguía sin estar segura de a dónde íbamos.

—Ahora nos toca ir en autobús —me comentó Changmin, con una risilla nerviosa—. Espero que no te moleste.

—No, claro que no, pero cada vez estoy más intrigada —dije y Changmin soltó una carcajada.

—No te preocupes Eunbi, te aseguro que haré que merezca la pena el viaje.

Nos subimos en un autobús y mientras nos movíamos, me percaté de que estábamos yendo montaña arriba, desde la lejanía podía verse la torre de Namsan. Aunque ya llevaba un tiempo viviendo en Seúl, aún no había tenido la oportunidad de visitar la famosa torre de Namsan, pero la verdad es que tenía bastantes ganas. Sabía que era una torre de comunicaciones, pero tenía varias tiendas e incluso restaurantes, tenía que ver aquello con mis propios ojos.

—¿Vamos a visitar la torre de Namsan? —le pregunté a Changmin, emocionada.

—¡Sorpresa! —respondió Changmin, mientras abría las manos.

—Así que... ¿este era tu plan desde el principio? ¿Esto era de lo que hablabas tanto con Chanhee?

—¿Cómo estás tan segura de que hablaba con Chanhee sobre esto? —me cuestionó y levanté una ceja con incredulidad—. Bueno... puede que algo hayamos hablado. ¡No se me da bien planear citas, vale!

—Oh... ¿Entonces esto es una cita? —dije, con un tono juguetón. Las mejillas de Changmin se tiñeron de rosa de golpe y apartó la mirada con vergüenza—. Me gusta bastante esa idea.

Nos bajamos del autobús y por fin estábamos allí, frente a la torre de Namsan. Miré hacia arriba, para fijarme en la estructura, y tuve que agárrame a Changmin porque me mareé un poco al hacerlo. Había muchas personas haciéndose fotos, la mayoría eran turistas, así que Changmin y yo aprovechamos para sacarnos algunas fotos también. Cuando subimos las escaleras, me percaté de que había candados de distintos tamaños y colores colgados en las barandillas y cuando llegamos a la parte de arriba, me sorprendió mucho la cantidad de personas que había allí, era muy difícil pasar para ver el paisaje. Changmin tomó mi mano con firmeza y me llevó entre la gente, hasta que conseguimos llegar a uno de los lados del mirador, entonces me fijé en que todo estaba abarrotado de candados con nombres tanto coreanos como extranjeros.

Febrero {Q/Ji Changmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora