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 2 de Febrero

—¿Entonces qué has dicho que es esto? —le preguntó Chanhee a Changmin, agitando el papel que tenía en su mano, con una ceja arqueada.

Chanhee y yo estábamos en la cafetería de la universidad, comiendo algo mientras pasábamos la hora libre que teníamos, cuando vino Changmin con un enorme taco de papeles y empezó a repartirlos a diestro y siniestro.

—Es un anuncio —respondió Changmin emocionado sentándose a mi lado—. Los departamentos artísticos de la universidad han conseguido convencer al rector para hacer una fiesta para San Valentín. Si todo funcionase bien podría dejarnos hacer más proyectos del estilo.

—Suena divertido —dije—. ¿Y qué tenéis pensado hacer?

—Los profesores todavía están ultimando los detalles así que no puedo decir nada seguro —comentó Changmin—, pero es posible que se haga algo parecido a los bailes de graduación americanos.

—Oh genial, ¿vamos a tener que buscar pareja para el baile? —se quejó Chanhee, soltando un resoplido y poniendo los ojos en blanco.

—Bueno, no tenéis porque venir si no queréis. Aunque si actúo, que es muy probable, me gustaría que vinieseis a verme...

—Claro que iremos —aseguré, mirando a Chanhee con los ojos entrecerrados—. Es una gran oportunidad para que muevas ficha con Luda.

—Lo sé y eso me pone más nervioso todavía —dijo Changmin, frotándose la nuca.

—Por fin te encuentro, Changmin —una voz masculina nos hizo girarnos a los tres. Un chico alto, de mirada afilada y sonrisa ladina estaba de pie frente a nuestra mesa—. La profesora de historia te estaba buscando.

—¿Para qué? —le preguntó Changmin con curiosidad al chico.

—No lo sé, solo me dijo que te buscase —contestó, encogiéndose de hombros. Su mirada dejó a Changmin y se dirigió a Chanhee y a mí, en concreto a mí, lo que fue bastante incómodo—. Oh, hola.

—Hola... —saludé un poco cohibida ante la mirada de aquel chico.

—Chicos, os tengo que dejar, hablaremos luego —dijo Changmin antes de levantarse de la silla—. ¿Eunbi, vendrás luego a verme ensayar?

—Sí, claro —asentí con la cabeza y recibí una sonrisa cálida de Changmin. Los chicos se despidieron de nosotros y nos dejaron a Chanhee y a mí en la cafetería.

—¿Conoces a ese chico? —me preguntó Chanhee. Yo negué con la cabeza—. Es guapo.

—La verdad es que ha sido muy raro, se ha quedado mirándome.

—Creo que ha intentado entrarte —me dijo Chanhee.

—¿Entrarme? —dije, casi atragantada con mi propia saliva—. ¿Cómo va a entrarme una persona que acaba de verme? Estás loco, Choi Chanhee.

Acabadas las clases, fui al gimnasio de la universidad. Normalmente Changmin se quedaba ensayando en una de las salas de prácticas y a mí me gustaba hacerle compañía. Me gustaba ver la pasión que ponía al bailar. De hecho, todo el mundo parecía asombrarse al verle bailar. Cuando se subía a un escenario, frente al público, cambiaba de forma radical. La gente solía ver a Changmin como un chico dulce y gracioso, pero tenía un lado serio, un lado pícaro... Era mitad ángel, mitad demonio y me gustaba ser de la poca gente que conocía esa parte de él.
Para mi sorpresa, esta vez no íbamos a estar solo nosotros dos. El chico de la cafetería estaba hablando con él.

—Hola —dije, entrando en la sala.

—Eunbi, espero que no te importe que Juyeon esté con nosotros hoy.

Febrero {Q/Ji Changmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora