Capítulo 5: Caso perdido

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''Eres un caso perdido''

Esa frase resonaba en su cabeza aun después de haber pasado un día entero.

Sabía que su amiga no la dijo con mala intención, pero... no podía evitar replanteársela de verdad. ¿Por qué? En circunstancias normales, esa frase hubiera sido objeto de burla del chico y para nada le hubiera afectado.

Soltó un par de chistes y burlas... solo de cara al público.

Pero esa frase le había tocado.

Llevaba una temporada suya donde le daba la razón a Che en eso. Era un caso perdido. Había sido un maldito idiota sin darse cuenta de lo que hacía su padre a sus espaldas. Se tomaba todo a broma, como un juego donde no tenía que implicarse si no quería... 

Pero su padre... Posiblemente conocía su implicación en el asalto al museo, pero a saber cuántas cosas horribles había hecho antes de eso. Cuantas podría estar haciendo y cuantas estaba planeando hacer.

No podía sacarse ese pensamiento de su cabeza.

Saliendo de la ducha, se tiró de nuevo en el sofá dejándose hundir.

No debería sentirse responsable de todo lo que su padre había hecho. Después de todo, ambos habían tomado caminos separados para hacer lo que ambos querían hacer.

Octane se fue de casa para convertirse en leyenda. Su padre no se lo impidió. Siquiera estuvo presente ese día, el día en que decidió marcharse. Tampoco le llamó o intento comunicarse con él al enterarse.

Lo peor es que al acróbata no le importaba eso.

Y ahora que sabía la verdad... se sentía responsable de no saber parar a su padre. ¿Cuántos años hace que no se dirigían ambos la palabra? ¿Cuánto hacía que no se hablaban? ¿Cuánto hace que no compartían una mesa dónde comer?

Incluso sus recuerdos más recientes de eso, le parecían bañados en un aura sombría y distante.

Ahora, veía con peores ojos esos desagradables momentos.

No, no debía caer en eso. Ahora debía concentrarse en descubrir qué demonios tramaba su padre. Y si Crypto podía ayudarle, Octane le ayudaría en todo lo que pudiera para conseguirlo.

Comprobó de nuevo su aspecto antes de salir.

Nada de piernas biónicas, nada de máscaras en la cara o de cualquier cosa que pudiera indicar que era Octane. Todo perfecto.

Depositó su teléfono habitual sobre la mesa del pequeño comedor. Si Crypto decidía buscar la señal de su teléfono, esto le daría un chance de que estuvo toda la tarde en casa. Cogió el nuevo teléfono y se largó de la casa.

A veces se planteó que pasaría si Crypto decidía detectar su teléfono que usaba para ser Tavi y el de Octane al mismo tiempo. Era una posibilidad, pero podría darse cuenta de que literalmente uno está al lado del otro. Aunque no tendría ningún motivo para hacer tal cosa.

Cuando llegó al barrio del hacker, Octane visualizó el dron a lo lejos. Este bajo a la altura del joven nada más le reconoció.

Era adorable.

Aunque no sabía si era el dron por ser un dron o Crypto por preocuparse de que el joven encuentre siempre el camino hacia su casa.

Lo lleva pensando desde ayer.

Crypto siempre le parecía tan intimidante, pero, en cierto modo parecía buena persona también. Solo el hecho de que, sin apenas conocer quien es, se preste a ayudarle con el problema de su padre... ya decía mucho.

Lágrimas SilenciosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora