Modo Tóxico

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Esa mañana se había levantado de malas.

Tenía el humor violento encendido a más no poder y el hecho de que ese día sus dos clases menos favoritas la esperaban la molestaba aún más. Súmenle el hecho de que la señorita que quería bajarle a su amigo-enamorado-secreto estaba ese día festejando su cumpleaños y no había manera de que esa irritante sonrisa se le quitaran del rostro.

—Vamos, el desayuno ya está servido —dijo su amiga pelirroja poniéndose un suéter y tomando una bufanda—, Ponte algo más caliente, está haciendo frío y posiblemente llueva más tarde, no quiero que te enfermes

—Prefiero eso a verle la cara a esa vieja enfadosa —murmura Rachel enojada

—También estoy molesta, pero que se le va a hacer —dice Kory fingiendo una sonrisa

—Podemos matarla

Kory lo piensa por un momento y después niega. Aunque la opción de desaparecer a la señorita que también está tratando de bajarle a su amigo-enamorado-no-tan-secreto, no le parece tan mala idea, recuerda que es un ser de paz y amor que no podría cargar con tal culpa.

—Rachel, vamos a desayunar y deja de pensar en asesinatos bien elaborados —regaña Kory y después de una queja más, ambas salen del departamento que comparten y caminan hacia el comedor del internado

Ambas amigas, levantadas recién con un humor de perro como dice mi madre, caminaron en silencio hasta el comedor y al entrar se sentaron en lugares opuestos por accidente.

Víctor, secuestró a Kory y la hizo sentarse entre él y Karen para evitar más peleas por parte de la pareja. Nicole, tomó a Rachel de la mano y la sentó a su lado, escapando del enfadoso pelirrojo que no paraba de molestarla. Y las chicas solo observaban con molestia como aquella rubia entraba con una gran sonrisa al comedor y se sentaba justo al lado de Karen para platicar como si no hubiera hablado mal de su relación estable.

Tanto Rachel como Kory ocultaron su desagrado con la comida y algunas pláticas no tan motivacionales de sus amigos. Aunque bueno, todo empeoró cuando Garfield M. Logan hizo su aparición.

Mugroso bipolar manipulador. Pensó Rachel.

Todo el enojo que tenía hacia aquella chica, inesperadamente pasó a recaer sobre el castaño que decidió sentarse frente a Rachel con una gran sonrisa dirigida a su nueva mejor amiga.

—Hola Rae —saludó el chico feliz

Rachel solo le dió una mirada rápida llena de molestia y siguió comiendo tranquilamente.

El castaño observó confundido a su amiga y al visualizar por debajo de la mesa su pie comenzó a dar pequeños golpecitos al de su contraria.

—¿Por qué me hablas feo? —preguntó Garfield con un puchero en su cara

Rachel le envió otra mirada enojada al chico y siguió comiendo. No iba a admitirlo, pero el chico era adorable cuando quería.

—¿Por qué me miras feo? —preguntó nuevamente Garfield sin dejar de golpear ligeramente el pie de Rachel—, ¿Acaso hice algo malo? ¿Te enojaste conmigo?

—No —respondió Rachel tratando de ocultar su sonrisa pero sin abandonar su enojo al saber que el chico le haría una fiesta sorpresa a la rubia a su lado

—¿Te enojaste conmigo? —volvió a preguntar Garfield—, ¿Por qué no hablas conmigo? —preguntó al ver que Rachel platicaba con Nicole y lo ignoraba—, Vamos Rae, habla conmigo

—¡Ve y habla con tu amiguita! —exclamó Rachel molesta una vez su paciencia fue agotada mientras señalaba a la rubia al lado de Garfield

—Fuertes declaraciones —dijo la rubia por lo bajo

Al darse cuenta de lo que había dicho, Rachel se sorprendió a sí misma repitiendo esas palabras en su cabeza una y otra vez, y antes de que Garfield pudiera decir algo, ella desapareció del comedor rápidamente seguida de Nicole que no dejaba de burlarse de ella.

Al parecer, su enojo activa el modo tóxico. Lástima que llegó a descubrirlo muy tarde, y de la peor manera posible. 

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Aunque claro, Rachel no parecía ser la única con un lado tóxico del que no conocía nadie.

Tan solo dos semanas antes, Garfield y Rachel habían trabajado juntos en la cocina junto a otro grupo de personas para alimentar a 100 durante una semana entera.

Fue un arduo trabajo, ambos se divirtieron, pudieron conocerse mejor y llamarse amigos mutuamente. Podríamos decir que la actitud seria de Rachel dejó de existir cuando ambos estaban juntos trabajando.

Pero esa es otra historia, lo que nos interesa a todos en este momento es reírnos de lo que sucedió el último día de trabajo.

Resulta que, en el grupo de cien personas que llegó al instituto a hospedarse unos días, había un número elevado de chicos muy atractivos y Rachel no podía negar tal vista.

El último día de trabajo, a Rachel y a Garfield les tocó servir la comida juntos. Ambos estaban cada quien en su rollo al igual que los demás presentes.

Bárbara servía los chilaquiles y le pasaba el plato a Nicole para que le pusiera pollo encima. Después, ella le pasaba el plato a Donna para que sirviera los frijoles. Luego, Donna pasaba el plato a Clark para que pusiera el tenedor a un lado. Clark pasaba el plato a Rachel para que le pusiera crema y queso y finalmente el plato llegaba a manos de Garfield para que le pusiera salsa si querían. Un largo viaje para un solo plato, ahora imaginense para 100.

Bueno, en una de esas cuatro chicos llegaron tarde y se sirvieron sus platos rápidamente. Cuando ya todos tenían su comida, Rachel se aprovechó de que ellos no hablaban español

—Son adorables y para nada feos —dijo

Nicole apoyó a su amiga al igual que Clark, Diana y Louis. El resto de las chicas presentes solo reían de su momento extrovertido ante tales bellezas. Pero lo sorprendente fue, cuando llegó otro chico por su comida, y aprovechando nuevamente su ventaja en el idioma Rachel dijo:

—Como que está guapito, ¿no? Aunque sea menor que yo no importará mucho, ¿o si?

Garfield le dió un codazo en el brazo con algo de fuerza y la sonrisa abandonó su rostro al igual que él de la cocina durante la próxima media hora.

Claro que, eso no fue un momento tóxico ni para nada celoso, pues en su corazón solo habitaba una chica de cabellos castaños y la pelinegra no era más que su amiga, ¿verdad? 

One-Shots - [Teen Titans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora