Un Susto De Muerte

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Era la quinta vez que Garfield se paseaba frente a la puerta de aquella habitación.
Daba vueltas y vueltas esperando buenas noticias de la recuperación de su amada. Le asustaba perder a la única persona que lo había apoyado y amado sin importar las críticas de las personas.

No quería perder lo único que le quedaba en el mundo. Pero, ¿qué podía hacer? No era médico, y en definitiva no tenía poderes mágicos que arreglaran el estado de su mujer.

Suspiro de nuevo al ver que no había respuesta por parte de los doctores. Su esposa estaba del otro lado de la puerta luchando por su vida y él no podía hacer más que caminar en una habitación llena de sus amigos y familiares más cercanos.
Se sentía un completo inútil.

«Voy a estar bien, Garfield.»

La voz de su esposa resonaba en su cabeza una y otra vez. Le había prometido regresar a casa cuando la operación resultará exitosa y le obligó a jurar que se haría cargo de su pequeña hija aún no nacida.

Estaba tan estresado.
Su esposa había tenido una intoxicación alimenticia y comenzó a escupir sangre por la boca de manera violenta. Casi se muere al escuchar decir a los doctores que eso podía causar un aborto espontáneo.

-¿Qué acaso no son los mejores del país? ¿Por qué tardan tanto? -comenzó a murmurar Garfield de manera molesta

-Si continuas caminando con esa intensidad harás un hoyo en el suelo, Garfield. -lo regañó su amiga pelirroja

-Lo siento, Kory. -Se disculpó Garfield y se sentó en una de las sillas mientras suspiraba frustrado -Estoy preocupado por...

-Lo sabemos -interrumpió un hombre de tez morena -pero no ayudas en nada estorbando a las enfermeras. -bromeo tratando de aligerar el ambiente

--¡Han pasado horas! -grito Garfield molesto -¡Necesito saber que mi esposa y mi hija están bien!

-No seas ridículo, Garfield -le dijo una mujer de cabellos negros en tono tranquilo -Tara es la mujer más fuerte que conozco, nada podrá detenerla de traer a su hija al mundo sana y salva.

-Espero que tengas razón o voy a matarme.

-Si sigues caminando de esa manera yo estoy dispuesto a matarte.-reclamo un hombre de cabellos negros

:v:v:v:v:v

Ocho horas.

El parto de su esposa había durado más de lo que hubiese querido, pero al final de cuentas pudo ver a su hermosa hija por primera vez y eso calmo a Garfield por un tiempo.

Observó a su pequeña hija.
Era hermosa, la pieza de arte más hermosa jamás creada.
Tenía unos pequeños cabellos de color castaño y unos ojos...

-Trigons -susurró Garfield sorprendido en el momento justo en que sus ojos toparon con los de su hija.

Eran hermosos. La mismísima copia de su esposa pero en miniatura.
Si Garfield creía que ya no podía amar a Tara aún más estaba equivocado... Esa mujer podía hacer maravillas y hacerlo sentir mariposas en el estómago.

-¡Dejó de respirar! -grito un doctor apartando a Garfield del camino -¡Enfermera, revise sus signos vitales! -se acercó a la rubia que yacía tendida en la camilla con una sonrisa en el rostro

-¡Sus signos vitales bajaron y no quiere reaccionar! -respondió una enfermera -¡Practicamos RCP pero no está funcionando! ¡Necesito que alguien busque...! -en cuanto la mujer se dio cuenta de la situación comenzó a caminar por el lugar con instrumentos de todo tipo -¡Alguien saque al padre y a la bebé de...!

One-Shots - [Teen Titans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora